El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) de Paraguay confirmó la presencia del pequeño escarabajo de las colmenas (PEC) -Aethina tumida-, en muestras recolectadas en la región de Pedro Caballero, lindante al estado brasilero de Mato Grosso do Sul, el pasado 5 de mayo. Esto alertó a las autoridades de Senasa, que desde 2016 se encuentran monitoreando el avance de esta plaga exótica que pronto podría ingresar a la Argentina. La misma supone un gran riesgo ya que tiene el poder de inactivar los panales con los que entre en contacto.
Originaria en el continente africano, esta plaga ha demostrado un gran nivel de dispersión al ingresar por América del Norte y bajar hasta Sudamérica en poco tiempo. Hasta ahora, el reporte más cercano de su presencia había sido en Brasil.
“Nosotros veníamos haciendo una proyección del avance del escarabajo y en 2016 Brasil confirma su presencia. A partir de ahí conformamos una comisión ad-hoc de técnicos y profesionales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, del INTA y de Senasa, para empezar a trabajar en un plan de contingencia”, contó a Bichos de Campo Mauricio Rabinovich, ingeniero agrónomo a cargo del Programa Nacional de Sanidad Apícola, dependiente de la Dirección Nacional de Sanidad Animal de Senasa.
Fue a partir de eso que se publicó la resolución 302/2016 que declaró la alerta sanitaria nacional por este insecto. Allí se indicó cuáles eran las zonas de mayor riesgo de ingreso de la plaga al país – fueron Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y Entre Ríos por su límites geográficos- y fijaron una serie de pautas para el control del ingreso de mercadería al país.
“Las dos vías más importantes de dispersión del escarabajo son a través del comercio de material apícola o de fruta. En el caso del primero, que incluye comercio de abejas reina, núcleos o colmenas, no representa un mayor riesgo ya que no importamos nada de Paraguay o de Brasil. En el caso de la fruta sí importamos desde allí”, señaló Rabinovich.
Sin embargo existe una tercera vía, la más peligrosa, que tiene que ver con la propia autonomía del insecto. “El escarabajo puede volar y llegar a los 16 kilómetros solo. Si bien nosotros podemos reforzar controles en los puntos de frontera y en los puntos internos, el hecho es que puede ingresar naturalmente”, sostuvo el especialista.
Ese dato da cuenta del estado de alerta de las autoridades sanitarias locales, tras haberse identificado al escarabajo a 700 kilómetros de la frontera con Misiones.
“El problema es que fueron a buscarlo ahí y lo encontraron. La pregunta que nos hacemos todos es qué pasa en todos los lugares en donde no lo fueron a buscar. Por eso hay que redoblar los esfuerzos”, afirmó Rabinovich.
Ahora bien, ¿qué vuelve a esta plaga tan peligrosa? El PEC tiene un largo de 5 milímetros y se caracteriza por tener un comportamiento fotofóbico durante su etapa adulta, lo que hace que las colmenas sean un perfecto escondite y que el apicultor no llegue a identificarlo a simple vista mientras realiza su trabajo habitual.
Luego de ingresar y reproducirse, coloca sus huevos en lugares que son de difícil acceso para las abejas, por lo que ellas no tienen oportunidad de limpiar la zona. Pero quienes provocan el verdadero daño son las larvas, que al nacer se alimentan de miel y polen y excretan una sustancia que repele a las abejas.
“Esa sustancia es producida por una levadura que las larvas tienen en el intestino, y tiene un “olor” que hace que las abejas no se acerquen y que ellas puedan seguir alimentándose. A medida que van ganando terreno dentro de la colmena, las abejas comienzan a irse dejándoles todo el alimento disponible”, explicó el agrónomo.
Las consecuencias de esto son la fermentación de la miel, el despoblamiento de las colmenas afectadas y la posterior destrucción de los panales.
-¿Hay forma de combatir a estos escarabajos?- le preguntamos a Rabinovich.
-A nivel mundial no tenemos productos aprobados para controlarlo, por lo que hacemos hincapié en las medidas de manejo de la colmena. Hay colmenas más fuertes que otras, y si ves una débil hay dos opciones: hacer algo para fortalecerla o dejarla morir. Para el escarabajo es el lugar ideal para meterse por lo que no hay que tener colmenas débiles en los apiarios.
-¿Entonces destruir la colmena es una opción válida?
-Como es inevitable que entre, ya sea por contrabando de productos o forma natural, sabemos que en algún momento tendremos un caso positivo. Entre las cosas que estuvimos trabajando justamente fue en elaborar un plan de contingencia que contempla, entre otras medidas, la posibilidad de sacrificar a las colmenas que estén infectadas. Sabemos que es una medida apática pero nos remite a la década de 1980, cuando llegó la Loque americana, una enfermedad bacteriana de las de mayor difusión en el país. En ese momento el método más efectivo y barato de control era el sacrificio de las colmenas, y hoy si el productor identifica Loque americana lo sigue haciendo. No es un mensaje descabellado y aterrador el sacrificio.
imprimir_150gr_doble-faz_color_0El plan de contingencia también contempla el refuerzo en la concientización para que los productores muevan las colmenas utilizando el Documento de Tránsito Electrónico (DTE), que facilita la realización del seguimiento epidemiológico en caso de tener un positivo.
“Si los productores siguen con la costumbre de mover colmenas sin el DTE, frente a un positivo no vamos a saber qué apiarios hay alrededor. Por eso le hemos pedido a los centros regionales y a las provincias, que entre todos los actores del territorio seamos más exigentes en el control. Será una herramienta fundamental para ese momento en que la plaga ingrese”, indicó el especialista.
-Hoy podemos dar por sentado entonces que el escarabajo ingresará.
-Lamentablemente es inevitable porque aunque seamos mil por mil efectivos en todos los controles que estamos haciendo, no podemos detener su ingreso natural.