Con una experiencia concreta en el enorme establecimiento agrícola de AGD (Aceitera General Deheza) en La Carlota, Córdoba, la compañía Syngenta está promoviendo los paisajes multifuncionales dentro de la agricultura argentina. A trazo grueso, se trata de incorporar dentro de los predios agrícolas los llamados ‘corredores sustentables’ (ya sea integrados por plantas nativas o especies introducidas), que permitan conservar la fauna y, sobre todo, eviten la desaparición de los insectos polinizadores.
Estos ‘parches’ de naturaleza dentro de los campos agrícolas son muy poco usuales en la agricultura pampeana, y por eso la multinacional de insumos y tecnologías agrícolas considera que debe fomentarse el tema en busca de nuevos equilibrios. Es lo que explica en esta nota su gerente local de responsabilidad social y sostenibilidad, Celina Kaseta.
“En el último año se empezó a revisar todo el sistema de agricultura que tenemos. De una forma integral. Hay varios factores que juegan y todos deben ser considerados”, señaló Kaseta a Bichos de Campo. Se refería al modelo agrícola ultra productivista (paquete de soja RR, glifosato y siembra directa) que desde fines de la década de los ’90 fue masivamente adoptado y cubrió casi la totalidad de la superficie agrícola, sin dejar resquicios a salvo para los insectos polinizadores.
Syngenta es una multinacional con sede en Suiza y en Gran Bretaña, que acaba de ser adquirida poco tiempo atrás por capitales chinos. Con los paisajes multifuncionales trata de incorporar en el agro local una práctica que en Europa ya es obligación. Pero insiste que este manejo trae beneficios ya merecen ser tenidos en cuenta. Sobre todo antes de que los daños por tratar de eliminar todo ‘enemigo’ (maleza o insecto) sean irremontables para volver a una ecología en armonía.
“Hay una mirada a corto plazo y debemos mirar todo lo que hicimos para atrás, mantener lo que hicimos bien y mejorar algunas conductas”, destacó la ejecutiva de Syngenta. Y completó: “Si hay que retroceder en algunas cosas, no está mal. Que los agrónomos dejen un poco el escritorio y agarren la camioneta y caminen el lote, no lo veo como un retroceso”.