Los empresarios agrícolas que aprovecharon la incertidumbre presente en el primer tramo del año para cerrar ventas anticipadas de cebada forrajera lograron grandes diferencias respecto de aquellos que operaron al descubierto.
En mayo y junio pasado hubo muchas posibilidades para vender parte de la cosecha prevista de cebada 2022/23 a valores superiores a 320 u$s/tonelada. Por entonces no estaba claro cómo se reacomodaría la oferta global de cereales luego de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Pero a partir del segundo semestre el panorama cambió con el restablecimiento de los embarques ucranianos –en el marco de un acuerdo logrado por Naciones Unidas con intervención de Turquía–, al tiempo que la demanda china comenzó a desacelerarse por complicaciones económicas internas.
Adicionalmente, muchos administradores de carteras de inversión, que habían comprando desde 2020 grandes cantidades de futuros de commodities agroindustriales para cubrirse de la inflación global, comenzaron a desarmar posiciones en materias primas ante el enrarecimiento del contexto geopolítico.
Por ese motivo, los precios en cosecha de la cebada argentina cayeron bastante respecto de los valores presentes en el primer semestre del año. Ayer lunes el valor de la cebada forrajera con entrega en Bahía Blanca se ubicó en un promedio de 47.289 $/tonelada (271,0 u$s/tonelada), según datos de la plataforma Sio Granos.
Va queriendo la cebada en Tornquist. pic.twitter.com/lzGqLQ0ZrQ
— Teo Zorraquin (@TeoZorraquinZM) December 21, 2022
Lamentablemente, no fueron muchos los productores que optaron por realizar ventas anticipadas de cebada forrajera: al 14 de diciembre pasado, según el último dato oficial disponible, se habían comercializado 748.700 toneladas de cebada 2022/23 (casi todo con precio fijado) versus 1,34 millones de toneladas en la misma fecha de 2021.
La Secretaría de Agricultura proyecta una cosecha argentina de cebada total (forrajera + cervecera) de 4,70 millones de toneladas para la presente campaña, la cual 3,10 millones se destinaría al mercado externo tal cual y otros 1,50 millones de toneladas se industrializarían para elaborar malta.