Cada semana que pasa se pone peor: la Bolsa de Cereales de Buenos Aires acaba de estimar que la cosecha argentina de soja en el mejor de los casos llegaría a las 25 millones de toneladas.
Se trata de una cifra 44,4% menor al promedio del último lustro, que se ubicó en 45,0 millones de toneladas. El rendimiento medio nacional por ahora es estimado en apenas 19,2 qq/ha.
Todo lo malo que podía pasar, sucedió en esta campaña: ausencia de precipitaciones sobre los núcleos sojeros del centro del área agrícola, heladas tempranas inéditas a mediados de febrero y temperaturas medias por encima a los promedios durante etapas criticas para la definición de los rendimientos de la oleaginosa.
“Colaboradores reportan aborto de vainas, rendimientos esperados por debajo a los mínimos históricos y pérdida total de área cosechable, siendo el área de soja de segunda sobre ambos núcleos de la zona pampeana y el centro-este de Entre Ríos los más afectados”, explica el informe semanal de evolución de cultivos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Luego del fracaso de la campaña de soja de primera, se esperaba que el cultivo de siembras tardías pudiese dar la “revancha”. Pero eso no sucedió y el cuadro resulta dramático: se estima que un 80% del área sembrada en localidades como Pergamino, Bragado y Gualeguaychú podría no ser cosechada.
La soja no está sola: los rindes potenciales de maíz tardío con destino grano comercial continúan siendo afectados por las altas temperaturas. La cosecha de los primeros planteos tempranos de maíz registra rendimientos medios por debajo a la serie histórica de los últimos veintiún años.
“Frente a este panorama, la nueva proyección de producción para la campaña 2022/23 se ubica en 36,0 millones de toneladas, un volumen representa, en números absolutos, 16,0 millones de toneladas menos que las recolectadas la campaña anterior”, apunta la Bolsa de Cereales.
En otro orden, se relevaron las primeras cosechas de lotes de sorgo granífero en el centro y norte del área agrícola nacional. Las condiciones adversas generaron una baja en la expectativa de rinde en buena parte de las regiones y la nueva proyección de producción se ubica en 3,0 millones de toneladas, un 14,3% menos que el ciclo previo.