La producción y las exportaciones de trigo en el hemisferio sur están impulsadas por tres países, Australia, Argentina y Brasil, los cuales se encuentran en estos momentos cosechando el cereal con situaciones divergentes.
“Australia experimentó tres años consecutivos de cosechas récord desde 2020/21 hasta 2022/23, pero ahora se pronostica que la producción caerá significativamente debido a las condiciones climáticas desfavorables derivadas del actual episodio de El Niño”, indica un informe del Departamento de Agricultura de EE.UU. Como resultado, se pronostica que las exportaciones de trigo de Australia caerán en un tercio en comparación con el récord del año pasado.
En contraste, en la Argentina se espera que la producción se recupere parcialmente de una mala temporada 2022/23 causada por un desastre climático. En ese escenario, las exportaciones se recuperarían.
El caso de Brasil es el más particular, porque la producción caería en 2023/24 respecto del ciclo anterior, pero las exportaciones crecerían en la presente campaña.
“Con los suministros exportables australianos marcadamente menores –señala el USDA– se espera que los flujos comerciales cambien en los próximos meses. Australia ha sido el mayor proveedor de trigo de Indonesia; sin embargo, Argentina y Brasil han competido por la participación de mercado allí en los últimos años, especialmente porque el trigo ucraniano también se ha vuelto menos disponible” luego de la suspensión del “corredor granario” por parte de Rusia.
“En 2023/24 los suministros australianos serán más limitados, lo que brindará más oportunidades a los proveedores sudamericanos de expandirse a Indonesia. El rápido surgimiento de Brasil como exportador en Indonesia y otros mercados extranjeros ha sido notable. Brasil ha sido históricamente un importador neto de trigo y sigue siendo el principal destino del trigo argentino debido a la logística y los precios favorables dentro del Mercosur”, explica el informe.
“Sin embargo, en los últimos diez años Brasil surgió como exportador de trigo debido a un impulso interno para aumentar la autosuficiencia en el abastecimiento del cereal”, añade.
La producción casi se duplicó durante la última década, lo que permitió a Brasil aumentar las exportaciones de unas relativamente pequeñas 80.000 toneladas a aproximadamente 2,7 millones de toneladas en 2022/23 a mercados como Indonesia, Arabia Saudita y Vietnam.
“A medida que la producción de Brasil ha aumentado y gana participación en el mercado de exportación, particularmente después de la ausencia de Argentina durante el año pasado, estos proveedores sudamericanos probablemente competirán ferozmente mientras buscan expandir las exportaciones tanto este año como en el futuro”, apunta el USDA.
El hecho de que Brasil haya avanzado tanto en tan pocos años en contraposición con la degradación presente en la Argentina se explica porque en este último país los excesivos impuestos y regulaciones atentan contra la capacidad productiva y exportadora del sector agroindustrial.