“Bienvenidos al campo” fue el lema con que la 132° Exposición Rural de Palermo recibió a cada una de las 1.090.252 personas que la visitaron hasta este domingo, cuando cerró sus puertas. La mayoría de esa gente vive y sufre la ciudad, así que Palermo les brinda una mirada breve y rápida de lo que se supone sucede en el campo.
A la hora del balance, los organizadores estaban exultantes con los resultados, no solo porque la cantidad de público creció 4% respecto del año anterior. Destacaron sobre todo que “con más de 400 expositores presentes, la exposición tuvo un balance positivo, con un buen nivel de actividad comercial, que alcanzó los 1.300 millones de pesos, siendo el rubro maquinaria agrícola el que más operaciones generó, por un total de 1.000 millones”. Nunca sabremos si esa gran cantidad de negocios pre-acordados durante la muestra finalmente se concretará. Pero suena exagerada la cifra.
Suele ser así. En Palermo, Agroactiva o Expoagro. Los organizadores exageran con los números para mostrarles a las empresas que es buen negocio concurrir a ese tipo de exposiciones. Es márketing puro. Aunque muchas veces ese márketing colabora a generar en la misma población urbana una imagen muy distorsionada de lo que realmente sucede en el agro.
Bueno, pero es lunes a la mañana y se terminó la Rural, con sus pro y sus contras a la hora de comunicar el campo hacia un público urbano.
“Bienvenidos al campo”, nos dice ahora -bien tempranito- un comunicado de la filial Basavilbaso, en Entre Ríos, de la Federación Agraria Argentina. Nos da la bienvenida a la cruda realidad que viven muchos productores, que no es la que se mostraba en Palermo. El escrito es bien casero y tiene cero máketing.
Cuenta que un grupo de productores de esa zona “se encuentran a punto del colapso con sus cuentas corrientes y de la ruptura de la cadena de pagos”.
Los chacareros ponen su nombre y apellido sin drama: participaron de las reuniones para analizar la difícil situación Gustavo Gallinger, Alejandro Javier Grane, Mariano Cabrera, Fabián Pérez, Cristian Olivanti, Carlos de Rossi, Claudio Bauer, Gustavo Gallinger, Ernesto Haag, Francisco Grane, entre otros. Luego fue que decidieron emitir su propio comunicado.
¿Y qué dice ese escrito?
“La situación de un grupo de productores, socios de la Filial Basavilbaso de Federación Agraria, es harto difícil, A las dos sequías y el año intermedio con exceso de precipitaciones (sin emergencia pero con enormes pérdidas), le siguió la tormenta perfecta de la economía”, cuentan.
“Las tasas vigentes de los créditos por la Emergencia Agropecuaria son literalmente una broma de mal gusto. Está claro que es imposible producir con estos números y mucho peor pagar cuentas de campañas pasadas, y mucho más difícil pensar en adquirir insumos para la nueva campaña”, añaden.
“Hasta ahora a pesar de todas las situaciones negativas y de la ineficacia del Certificado de Emergencia, avalado por Ley nacional pero no respetado por la justicia provincial y vapuleado por los privados, se podían vender cheques. La resolución del BCRA, que daba una prórroga de 45 días a los incumplimientos, anunciada por el presidente Macri en Expochacra (sic) parece no haber tenido en cuenta la real situación del sector”, amplían.
“Hoy un productor que tiene un cheque devuelto sin fondos no tiene más los 10 días para recuperarlo, y no salir informado en la página del BCRA, debido a que es informado en un plazo de 24 horas. Lo que es peor es que a ese productor ningún banco, financiera y/o SGR (sociedad de garantía recíproca) le compran valores”, denuncian.
“En definitiva, esto es la ruptura de la cadena de pagos”, simplifican.
¡Bienvenidos al campo!