Turismo consciente. Viajes con sentido. Turismo sustentable. A esto se dedica Bettina González, licenciada en turismo y dueña de Boomerang Viajes, en cuya página web se habla de “economía de comunión”, un modelo surgido en la década del noventa y que se ubica dentro de las “nuevas economías”. Pero, ¿de qué se trata todo esto en la realidad concreta?
“Es un modelo que nace de un movimiento presente en 180 países y apunta a generar una economía que tiene el objetivo de erradicar la pobreza”, nos cuenta. “Y era lo que yo quería como proyecto de vida y negocio en turismo: crear una cultura nueva, generar puestos de trabajo y hacer foco en las personas y en sus comunidades con beneficios para todos”.
-Su empresa es la primera agencia de viajes “B”. ¿Qué significa?
-Abrí Boomerang Viajes en 2001 y me enfoqué en aplicar la sostenibilidad desde lo ambiental, lo económico y sociocultural. Tuve mi primer contacto con el Movimiento B cuando llegó a la Argentina en 2007 y si bien no me sumé en ese momento, ya estaba alineada. En 2019 empezamos el proceso de certificación y así nos convertimos en la primera agencia de viajes B Certificada del país. Entre los tantos desafíos que asumimos, en el 2020 medimos nuestra huella de Carbono y, según los resultados, compensamos 15 toneladas con créditos de forestación y desarrollamos un calculador que mide la huella de carbono que generan los viajes de nuestros clientes. También medimos el resultado del transporte a destino y traslados locales, el alojamiento y las excursiones. Esto nos permite concientizar y reconocer la importancia de programar un viaje: seleccionar el alojamiento, priorizando aquellos que aplican políticas de cuidado ambiental y consumo responsable; combinar transportes públicos o alternativas de carbono cero, como lo son las visitas en bicicleta o paseos a pie o vehículo eléctrico cuando está la posibilidad.
-¿Cómo es el modelo de turismo que propone?
-El turismo solidario, que es nuestra forma de conseguir la sustentabilidad. Cuando programo un viaje tengo en cuenta estas tres dimensiones (económica, ambiental, social) en hoteles, transporte y excursiones y selecciono empresas que respeten el trabajo, valoren la cultura local y tengan conciencia ambiental. A la vez, a todos nuestros viajemos los invitamos a cuidar el consumo de agua y a llevar botella recargable para no usar plásticos. Ordenamos los recorridos para que sean eficientes y no hagan viaje de más.
-¿Cómo se involucran las comunidades locales en este tipo de viajes que usted ofrece?
-Primero establecemos contactos y según la identidad del territorio diseñamos el circuito. Por ejemplo, en el caso de una comunidad guaraní ellos son los protagonistas, se piden permisos de ingreso, no se cae “de sorpresa”, enseñamos a respetar los hábitos de las comunidades y a consumir productos locales. Hacemos un trabajo de concientización mientras armamos el viaje juntos.
-¿Qué tipo de cliente elige estos itinerarios?
-Un viajero consciente, que se interioriza del destino que va a visitar, curioso y un poco aventurero… características muy post pandemia donde las personas buscan mayor contacto con la naturaleza.
-¿Nos puede dar ejemplos de propuestas en Argentina?
-Tenemos experiencias en todo el país y trabajamos con distintas organizaciones que ya están en el terreno y en contacto con emprendedores locales. En Catamarca tenemos el tradicional Recorrido de los 6 mil o la Ruta de Adobe, pero la diferencia con los paseos convencionales es que damos más tiempo en las visitas a las comunidades y con acompañamiento de un guía, lo que garantiza el cuidado de la visita e implica la capacitación de un miembro de la comunidad para realizar esta tarea. Se apunta a la calidad de la experiencia, no a pasar raudamente para sacarse una foto en cada lugar y seguir viaje como si nada. También generamos comidas con la gente de la comunidad y hacemos talleres, por ejemplo, de tejido.
-¿Qué comentarios recibe de sus clientes luego de estos viajes?
-La intensidad de la vivencia y del disfrute del intercambio con la comunidad local porque son experiencias auténticas vistas desde la realidad donde está ubicada. Se hace foco en el encuentro con una cultura distinta.
-¿Y de las comunidades qué dicen?
-También esperan al visitante con ganas porque la experiencia es transformadora. Pero quiero destacar que el turismo es un complemento de la actividad primaria, no es el único ingreso de estas comunidades porque si así fuera se correría el riesgo de que cambiaran su identidad. Este turismo genera arraigo, especialmente en los jóvenes, genera trabajo genuino y evita que se vayan y que los pueblos desaparezcan. A través del turista ven el valor que tiene su cultura; esto pasa en muchas comunidades.
-¿Por qué se dedica a este tipo de turismo?
-Porque cuando abrí la empresa pensaba en algo distinto, en contribuir. Creo que es una oportunidad para ofrecer algo distinto a los destinos tradicionales que genera redistribución y oportunidades de motorizar las economías del lugar. Es una forma de aportar a la erradicación de la pobreza y cuidado ambiental. El turismo solidario es nuestro modo de alcanzar la sostenibilidad en todo su sentido.