Esta nota comienza con un link al recorte de un audio surgido del programa radial de Roberto Navarro en El Destape, en el cual el flamante secretario de Agricultura supuestamente intima a los dirigentes rurales a exponer de qué partido político forman parte.
La charla entre el funcionario y el periodista oficialista dura 18 minutos y muestran a un Juan josé Bahillo bastante moderado, que incluso corrige a Navarro cuando éste pretende establecer -citando a la revista Márgenes Agropecuarios– que todos los productores se están llenado los bolsillos de dinero. O hasta justifica que quienes conservan soja en su poder la retengan un poco, hasta que se calme la incertidumbre cambiaria. “Me parece que lo primero que hay que generar son condiciones de previsibilidad y estabilidad macroeconómica”, reconoce el entrerriano.
Los periodistas solemos poner títulos impactantes a nuestros materiales. En este caso, el tono moderado del nuevo funcionario -y que no cedió a las tentaciones de Navarro para mostrarse como un fervoroso militante kirchnerista ni un enemigo del campo- no dejaba demasiadas opciones para titular hasta que en el minuto 11,30 llega una nueva pregunta provocadora del conductor de El Destape.
-¿Bahillo, hay un problema político? Porque hay dirigente rurales, no todos pero si un grupo que tiene la representación de muchos productores, que se declaran de Juntos por el Cambio y algunos han ocupado puestos en el gobierno de Macri (en clara referencia a otro entrerriano, Luis Miguel Etchevehere)… ¿Es un problema ese para negociar?
-Depende, depende. Yo creo que eso no está mal. Uno como hombre de la democracia cree que está bueno que los dirigentes de los distintos sectores tomen una postura política con la cual se sienten más identificados. Lo que yo les pido es que lo digan, así sabemos desde dónde hablamos. Y podemos seguir conversando, no hay ningún problema. Pero si vamos a hablar de políticas productivas, que es la responsabilidad nuestra de fijar una agenda con los sectores productivos, el objetivo debe ser para el crecimiento de los productores, para tener más producción. Desde ese lugar nos podemos poner de acuerdo. Ahora, si en el medio mezclamos las cuestiones político partidarias ya la discusión se complejiza, se enturbia, y por lo general se empantana y se inmoviliza. Cuando reclamamos diálogo, que es nuestra vocación, es nuestra responsabilidad generar condiciones para el dialogo y acceder al diálogo. Pero también es responsabilidad de los dirigentes de los distintos sectores. Yo no puedo maltratar a un funcionario, no puedo generar condiciones irritativas o muy antipáticas, y después declamar diálogo. Hay que construir las condiciones. La primera responsabilidad y la mayor es nuestra, pero también del otro lado tiene que haber esa responsabilidad. En la gran mayoría de los dirigentes la hay, A veces hay excepciones, uno no es ingenuo, pero lo bueno sería que se transparentes esas excepciones y se diga, bueno, yo hablo desde tal lugar político partidario. No hay ningún inconveniente. Pero estamos hablando de otra cosa.
En ningún momento de su extensa respuesta Bahillo, dueño en Entre Ríos de una cadena de heladerías cuyo eslogan es “momentos felices”, pronuncia la frase con la que El Destape luego tituló la nota y que también replicaron diarios como Clarín. “Les pido a los dirigentes del campo que definan su pertenencia política”, escribieron unos. “Les pido a los dirigentes del campo que definan si son de Juntos por el Cambio”, exageraron otros.
Este es el reportaje completo:
Toda esta aclaración es necesaria porque muchos sectores del agro se han sentido agraviados por esta frase sacada de contexto. Y eso empañó el inicio del diálogo entre la gestión del nuevo ministro Sergio Massa y las cuatro entidades de la Mesa de Enlace, que inicialmente se anunció para este viernes y ahora quedó postergado para la próxima semana.
Empañó la posibilidad de comenzar a hablar y provocó reacciones de algunas entidades. Por ejemplo, se conoció un comunicado de CRA que “rechaza y lamenta las expresiones del flamante secretario de Agricultura” y argumenta que las mismas “no colaboran a la construcción de consensos sino que siembran prejuicios ya superados en el país que sostenemos los productores de todas las banderas políticas y partidarias a los que a la hora de pagar impuestos no les preguntan qué país queremos y lo que es más grave aún, que necesita el campo para crecer y desarrollarse”.
La pucha. Y todo a partir de una frase sacada de contexto.
“CRA representa un sólo partido: El del productor y en esa labor estamos profundamente comprometidos. Vamos a trabajar a rajatabla para que el partido de los productores crezca, se consolide y afirme. El gobierno debería tener ese mismo interés porque del crecimiento del campo y sus divisas depende, y en mucho, el futuro argentino”, marcaron la cancha los dirigentes de esa entidad, que es presidida por Jorge Chemes, otro productor de leche entrerriano como Bahillo que incluso fue diputado nacional por la UCR luego del conflicto de 2008.
Detrás de estas expresiones subidas de tono hay por cierto muchos recelos y la sospecha de que el llamado al diálogo lanzado por el ministro Massa sea en realidad una nueva estratagema del gobierno (de Alberto y Cristina) para dilatar los tiempos y las soluciones a los problemas centrales de los productores: el atraso del tipo de cambio que provoca la brecha y la persistencia de una elevada presión fiscal, especialmente sobre la soja y mediante las retenciones.
Massa, al anunciar sus primeras medidas, fue franco en este sentido al pedirles a los dirigentes rurales que quitarán ansiedad sobre esos dos puntos de la agenda. Lo primero que hizo el nuevo hombre fuerte del gobierno fue negar una devaluación y decir que su prioridad era estabilizar la macroeconomía. También señaló que recién en el mediano plazo, y ya pensando en el Presupuesto 2023, podría abordarse el tema de los derechos de exportación.
“No está en el corto plazo evaluar la baja de las retenciones”, ratificó en declaraciones a CNN el secretario Bahillo, luego de ratificar la “vocación dialoguista” de esta gestión.
“No hay una decisión de modificar las retenciones, en esto quiero ser claro. Sí podemos charlar del tema en la mesa. Pero nuestra obligación como funcionarios es con la Mesa de Enlace, entidades gremiales, representantes de los sectores productivos, hablar de todos los temas, tratar de agotar estas posibilidades de consenso, con una vocación dialoguista y no esquivarle el bulto a ningún tema. Pero no está en agenda la posibilidad de bajar retenciones. Si se puede pensar eso en la medida del fortalecimiento de las cuentas públicas para mediano plazo. No está en el corto plazo evaluar la baja de las retenciones”, dice esta desgrabación, como para que nadie la saque de contexto.
¿Esta negativa agota las posibilidades de diálogo? Seguramente no, porque hay muchos otros temas que sí pueden ser abordados entre los nuevos funcionarios y los dirigentes rurales. Nicolás Pino, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) mencionó varios en sus primeras declaraciones luego del discurso de Massa, en el que también reclamó que la primera reunión “no sea solo para la foto”.
¿Qué temas? Pino habló de que hay que desarticular rápidamente las diferentes instancias de intervención del gobierno en los mercados de productos agropecuarios, que cobraron más fuerza durante la gestión de Julián Domínguez en Agricultura y Roberto Feletti en Comercio Interior. Por ejemplo, los topes de exportación de trigo y maíz. O el cepo a la exportación de carne vacuna. También el famoso fideicomiso triguero que se armó con un aumento de dos puntos en las retenciones a la soja.
También debería hablarse, o no, de la continuidad del Plan Ganadero.
La agenda, más allá de que no se discuta ni del tipo de cambio ni de las retenciones en el corto plazo, es tentadora. Especialmente porque lograr que Massa y Bahillo tomen una definición concreta en alguno de estos temas permitirá ver cuán reales son sus ganas de modificar las cosas y cuánto poder real tienen para hacerlo, frente a eterna posibilidad de veto que muchos le siguen asignando a la vicepresidente Kirchner, finalmente el gran soporte ideológico de estas erráticas intervenciones en los mercados.
Como muchos dirigentes rurales que se enojaron por las declaraciones de Bahillo sobre el alineamiento político de los ruralistas, Massa también se enojó con los dirigentes de la Mesa de Enlace que contestaron con exigencia a su ofrecimiento para reanudar las negociaciones entre el campo y el gobierno. A varios les escribió en privado mostrando su decepción.
Como sea, la primera reunión todavía debe ser confirmada para la semana que viene. Antes, durante el fin de semana, los dos protagonistas de esta historia podrían aprovechar para descansar, moderar los tonos y las ansiedades.