Cada vez que el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, desmintió algo, finalmente ese algo era lo que estaba sucediendo.
Siempre fue igual: el ministro y candidato Sergio Massa utiliza a Bahillo como la cara buena que desmiente lo que él mismo no puede reconocer o admitir. Eso es que a veces, muchas veces, juegan con malas artes en los mercados de productos agropecuarios. Si Massa manda a Guillermo Michel a apretar a los frigoríficos por el precio de la carne, será luego Bahillo el que dirá que esos aprietes no existieron. Si las lácteas reciben advertencias de que se les bloquearán las exportaciones de parte de Matías Tombolini, para que se ajusten a los Precios Cuidados, luego será el titular de Agricultura quien asegure que esas presiones no existieron.
La última vez que sucedió que Bahillo desmintió algo, mintiendo alevosamente incluso ante las cámaras de todos los canales de TV, fue cuando Massa preparaba una nueva edición del dólar soja que permitía la libre disponibilidad del 25% de las divisas a la industria aceitera, como ahora sucede con el 30% para todas las exportaciones. En esa ocasión, no hace tanto, el titular de Agricultura dijo que esos dólares de mejor valor solo iban a poder ser utilizados para importar soja de los países vecinos. Era mentira y Bahillo lo sabía. Pero Massa le había ordenado mentir.
Triste papel el de un alto funcionario que debería moderar las avanzadas de un Estado sobre el sector productivo. Bahillo entiende del daño que muchas veces producen estas erráticas intervenciones oficiales, pero aún así se ha prestado repetidas veces a la mentira. Ya es un chascarrillo frecuente en el sector decir que si Bahillo desmiente algo, es porque es inminente el anuncio.
Frente a la difusión masiva (la exclusiva fue de este medio) de un apriete a los operadores del Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG) para que moderen sus ofertas por la hacienda en el primer día de operaciones luego de las elecciones que colocaron a Massa en la balotaje, Bahillo salió a desmentir la especie. Y acusó a este medio, que adelantó la noticia, de mentiroso.
Justo él. A nosotros. Ja.
“Nosotros respetamos la actividad y trabajamos en conjunto para fortalecer toda la cadena. Nunca hemos actuado presionando ni amenazando a los actores del mercado ganadero para fijar los precios de la carne, ni a ningún otro actor del sector. Todas las decisiones las comunicamos públicamente. Con mentiras no se construyen las soluciones”, escribió el secretario en sus redes sociales.
Nosotros respetamos la actividad y trabajamos en conjunto para fortalecer toda la cadena.
Nunca hemos actuado presionando ni amenazando a los actores del mercado ganadero para fijar los precios de la carne, ni a ningún otro actor del sector.
— Juan José Bahillo (@JuanjoBahillo) October 24, 2023
Qué cada uno saque sus propias conclusiones. Desde que asumió Bahillo a convivido grácilmente con múltiples aprietes del ala más dura del gobierno contra los productores. Y no desmanteló ni una de las barreras ocultas al comercio que dejó instrumentadas su antecesor en el cargo, el ex ministro Julián Domínguez. Pese a que rayan la ilegalidad, Bahillo sigue fijando cupos máximos de exportación para trigo, maíz y otros cereales por una simple comunicación a los exportadores, una suerte de circular. Pese a que la carne vacuna se sigue exportando con cupos que nadie conoce cómo se fijan, Bahillo sigue sin publicar los listados de empresas que reciben las DJEC o permisos de exportación por parte del Estado, que son semejantes a los ROE que antes manejaban Guillermo Moreno o Ricardo Echegaray.
Para no ser mentiroso no basta con decir que no se miente. Hay además que decir la verdad.
En el MAG los operadores amanecieron con un mensaje apócrifo en sus celulares que decía: “Buenas noches, se informa que a partir de mañana se sugiere no pagar mas de 999 pesos el kilo en pie en el mercado con las matrículas propias y las demás. Cualquier operación que supere dicho importe por favor realizarla por otra vía alternativa . NO PUEDE SUPERARSE EL PRECIO DE $ 999, se corre el riesgo de que PROCEDAN A LA BAJA DIRECTAMENTE DE LAS MATRICULAS. Desde ya muchas gracias. Saludos”.
Por supuesto, nunca se sabrá quién escribió ese mensaje original. Lo que sí se sabe es que corrió como reguero de pólvora.
Quien puede dar de baja las matrículas, curiosamente, trabaja bajo las órdenes de Bahillo Es el subsecretario de Mercados Agropecuarios, Luciano Zarich, de quien depende la ex ONCCA y el RUCA (Registro de Operadores). Ex subinterventor estatal en Vicentín, ese funcionario no fue designado por Bahillo sino que fue colocado allí por el gobierno en marzo de 2021, cuando se decidió volver a regular desde el Estado las exportaciones de productos agropecuarios, tanto carnes como granos.
En la interna del gobierno, Zarich responde más al titular de la Aduana, Guillermo Michel, que al propio Bahillo, su superior en el organigrama y quien se ocupa de desmentir luego varias de su tropelías. Michel es a quien le asignó Massa la política de control de precios en alimentos. Bahillo, en tanto, tiene otras funciones, básicamente desmentir las cosas que luego se confirman.
Por ahora, la amenaza en el principal mercado ganadero de referencia surtió un efecto desparejo: en los remates de algunos consignatarios los precios superaron ese techo sugerido de los 999 pesos por kilo vivo, aunque en los casos de ganado de muy buena calidad. La mayor parte de los tratos mantuvo las cotizaciones previas a las elecciones del domingo. En todo caso, la amedrentación surtió efecto porque evitó subas que eran previsibles en una jornada con muy escasa oferta debido a las lluvias.
“Nunca hemos actuado presionando ni amenazando a los actores del mercado ganadero” declaró Bahillo. Y todos confirmaron entonces que las presiones existieron, por más anónimas que fueran. En rigor, desde Agricultura y en voz baja se ocuparon de decir a dirigentes rurales que eso del mensaje en realidad había sido una maniobra de los matarifes, para bajar los precios. Es decir, desmentían su autoría pero a la reconocían la existencia del mensajito.
La explicación no conformó a las entidades rurales. Por caso, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) lanzó un comunicado donde “repudia y rechaza cualquier actitud insensata e intimidatoria que interfiera con el libre desarrollo del Mercado Agroganadero de Cañuelas”.
“El amedrentamiento a consignatarios y/o compradores que operan en el Mercado Físico de Ganados mediante llamados telefónicos , mensajes o aprietes, instando a comprar hacienda a valores menores a los del mercado, con precios topes, nos retrotrae a acciones y medidas fracasadas realizadas hace 17 años con nefastas consecuencias por todos conocidas”, dijo esa entidad, recordando que en marzo de 2006 comenzaron las intromisiones del ex secretario Moreno en el mercado ganadero, por orden directa del presidente Néstor Kirchner.
Entonces también comenzaba, y Bahillo lo sabe, un largo y negro capítulo de la historia argentina donde desde el Estado se confrontó de modo permanente con el sector productivo.