La compañía semillera Pioneer continúa con su novedoso programa “Brechas”. El mismo propone, durante el desarrollo de la campaña agrícola 2024/25, una competencia entre agrónomos de todo el país para –a través de un trabajo coordinado- reducir las brechas de rendimiento en dos cultivos claves como la soja y el maíz.
Para demostrar los avances de esta iniciativa, el pasado 1° de abril la firma realizó una jornada a campo en el norte de Córdoba (una de las ocho zonas en donde se está aplicando este programa, junto con el sudeste de Buenos Aires, la zona núcleo, La Pampa, el norte de Santa Fe, el NEA y el NOA), en presencia de unas 100 personas, entre productores locales y técnicos, además de los diez agrónomos integrantes del equipo que aplicó este programa.
“El evento se realizó en la localidad de San José de la Dormida, en el campo perteneciente a los productores Tomás y Pedro Minuzzi. La idea era que el equipo mostrara cuáles fueron las alternativas en las que trabajamos para reducir las brechas de rendimiento en estos dos cultivos. En maíz se tuvo en cuenta el clima de la zona, la fecha de siembra, la elección del híbrido, la densidad y la fertilización. En el caso de la soja, lo que hicimos fue trabajar principalmente con la reducción del estrés por las condiciones climáticas de la zona”, explicó a Bichos de Campo el técnico Pioneer del proyecto en Córdoba Norte.
“Se generó un intercambio técnico muy interesante, donde muchos coincidían con lo que habíamos hecho, y otros nos recomendaban diferentes prácticas o daban opiniones distintas”, agregó el profesional a continuación.
Basado en un modelo matemático elaborado por un equipo de investigadores del Conicet, “Brechas” analiza el potencial de rendimiento alcanzable en las distintas zonas agrícolas del país, apuntando a reducir la distancia con el rendimiento promedio obtenido en función condiciones climáticas locales.
Para eso, cada una de las ocho zonas identificadas lleva adelante un ensayo en tres hectáreas: una en la que se aplica el manejo del productor promedio de la zona; otra destinada a obtener el máximo potencial, para lo cual se aplica todos insumos que necesitan los cultivos; y una tercera en la que se trabaja para acercar la producción al máximo de rendimiento, sin perder de vista los márgenes brutos del agricultor.
“La parcela de brecha tiene que tener el mismo margen bruto que la parcela de productor, o ser mayor, y estar lo más cerca posible del potencial de rendimiento alcanzable, porque lo importante acá es la rentabilidad. Si no es rentable el manejo que vos haces, no tiene sentido hacerlo. Por eso es que juntamos técnicos de la zona para trabajar sobre ese tema y mostrarles que, a través de manejo y poniéndole énfasis a la producción, se puede tener una buena rentabilidad y un mejor rendimiento”, afirmó el responsable de Pioneer.
La forma de evaluar este trabajo es a partir de un comité asesor, que define qué densidad colocar, qué nivel de fertilización, entre otros puntos, además de determinar el manejo promedio de la zona. En el caso de Córdoba, aquella autoría estuvo a cargo del equipo de la firma local Ravit Agro.
“’Brechas’ facilitó que sucedan cosas que quizá no son tan normales, como que se junten 10 técnicos por zona a ponerse de acuerdo en un manejo disruptivo, en pensar cosas distintas a las que quizá un productor de la zona hubiese planteado para esta campaña. Es algo muy enriquecedor que nos hace salir de la zona de confort, y que permite que se genere información valiosa. Estamos seguros de que eso nos va a permitir entender nuevas combinaciones de variables”, destacó Valentina Bonifanti, agrónoma integrante de Ravit Agro, en conversación con Bichos de Campo.
“Poder mostrar todo ese laburo y que haya sido un evento abierto para todo el que se quisiera sumar, creo que es una manera también de demostrar de forma tangible que se puede explorar, trabajar en equipo y desafiarse a encontrar nuevos resultados, nuevos rindes, sin dejar de lado lo económico. Fue una propuesta distinta, que creo que se llevó a cabo con mucha responsabilidad desde el equipo de Brechas, y con mucho entusiasmo por parte de todos los productores que participaron”, añadió a continuación.
Si bien todavía no están disponibles los resultados finales de la experiencia, que se obtendrán una vez que finalice la cosecha, el técnico de la firma adelantó a este medio que estiman cifras muy positivas.
“El máximo potencial de la zona es de 155 quintales en maíz y de 55 quintales en soja. El productor promedio, por el manejo que hace, llega a unos 90 quintales aproximadamente en maíz, y a unos 35 en soja. Nosotros apuntamos a reducir la brecha de rendimiento en un 80% para ambos cultivos, llegando a 115 quintales en maíz y 45 en soja. Eso nos permitiría tener un buen margen contra la parcela del productor”, señaló.
Respecto de las conclusiones de esta experiencia cordobesa, el agrónomo subrayó: “La verdad es que fue una experiencia espectacular. Una vez por mes nos juntábamos con los chicos para discutir los temas y fue muy productivo ver diferentes miradas. Y el evento en sí salió espectacular. Tenemos fe de que va a salir bien, creemos que dimos en la tecla respecto a todos los puntos y verdaderamente redujimos la brecha. Estamos entusiasmados de poder llegar a ganar la competencia”.