Los auditores forenses que investigan a la concursada Vicentin SAIC, con el propósito de establecer el origen del desastre que llevó a la compañía agroindustrial argentina a la cesación de pagos fines de 2019, descubrieron que Vicentin transfirió más de 1000 millones de dólares a empresas relacionadas.
Entre 2014 y 2017, se produjo una reorganización del grupo de compañías controladas por las familias controlantes de Vicentin, la cual consistió en separar el negocio principal de procesamiento y comercialización de granos de Vicentín SAIC respecto de aquellos “secundarios” correspondientes al sector cárnico, frigorífico, lácteo y vitivinícola, entre otros, los cuales quedaron afuera del concurso preventivo.
El equipo de auditores forenses de Deloitte Argentina, designado por el juez del concurso preventivo de Vicentin SAIC Fabián Lorenzini, analizó diferentes fuentes de información contables, fiscales y financieras para detectar que el directorio de Vicentin SAIC tenía líneas de crédito abiertas con las empresas “secundarias”, lo que implicaba que, cuando Vicentin necesitaba fondos, recurría a las empresas relacionadas, aunque detrás de esa operatoria los auditores advierten “un posible manejo centralizado de los fondos desde la tesorería de la concursada”.
Al analizar los flujos netos de fondos (el monto resultante del dinero que va y viene en cada mes) entre Vicentin y las empresas relacionadas, los auditores detectaron importantes movimientos entre 2017 y 2019.
También se detectó la participación del fondo BAF Latam en el entramado de movimientos financieros entre Vicentin y las empresas relacionadas.
Por ejemplo, los auditores pudieron rastrear el ingreso de fondos en Vicentin Sucursal Uruguay provenientes de Friar que previamente se habrían originado desde BAF Latam. “Parece que Friar tuviera un crédito ‘ocioso’ con BAF Latam, entonces le represta los fondos. Pero Friar y Vicentin Sucursal UY son dos personas jurídicas distintas y Vicentin SAIC es propietaria del 0,39% de Friar”, señala el informe de los auditores forenses. “Desde el punto de vista de BAF Latam, si bien todo estaría garantizado por la concursada (Vicentin), no queda claro si esta operatoria podía afectar los parámetros a tener en cuenta por BAF Latam a la hora de establecer los límites del financiamiento a cada parte”.
Los auditores determinaron, a partir de los recibos y las órdenes de pago entre Vicentin y las firmas relacionadas, que entre enero de 2017 y febrero de 2020 los fondos que salieron de Vicentin SAIC y Vicentin Uruguay hacia las empresas relacionadas superaron los 1000 millones de dólares.
También detectaron que habrían sido más los fondos que salieron de Vicentin SAIC y Vicentin Uruguay que los que volvieron entre enero de 2017 y febrero de 2020. “Con esta información parcial, la cifra de la mayor salida desde la concursada estaría en el orden de los 150 millones de dólares”, señala el informe, para luego remarcar que se requiere “la colaboración de la concursada para poder construir una base de datos que nos permita arribar a esta cifra con mayor precisión”.
“En este panorama de cientos de transacciones por decenas de millones de dólares que van y vienen, donde no queda claro (por ahora) quién financia a quién, se observa una drástica reducción de la salida de fondos de un año a otro (532 millones de dólares en 2017 versus 295 millones en 2018 y 193 millones en 2019), sumado a la reducción del flujo neto en cada período”, apunta el informe.
El equipo de auditores se encuentra trabajando en el análisis de documentación adicional para intentar determinar el rastro de los fondos en el particular esquema de financiamiento instrumentado por Vicentin SAIC a partir de 2017.