Atilio Benedetti va a ser el nuevo presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados. Sabe de campo (hace 38 años que maneja una empresa agropecuaria en Entre Ríos, de aquellas que agregan valor transformando granos en carne de pollo y de cerdo). Y sabe de política (ha ocupado cargos públicos de todo talante, siempre representando a su querida UCR).
¿Pero sabrá Benedetti lo que hay que hacer para poner en movimiento una comisión que desde el cambio de gobierno solo logró imponer una ley (la de envases de agroquímicos) mientras se le acumulan los proyectos sin debate?
“Me da placer el desafío, que es que la Comisión sea la caja de resonancia de muchos problemas complejos que tiene el sector”, dice cuando le preguntamos cómo se siente ante la designación.
Fue en la reunión anual de la Fundación Barbechando. Mirá aquí la nota:
“Los datos de la realidad muestran que hay muchísimas dificultades para lograr acuerdos. Pero ahora hay un ambiente propicio. El discurso del presidente (Mauricio Macri) en la asamblea legislativa, con una convocatoria hacia todos los sectores, nos da el escenario para avanzar con temas complejos, como la Ley de Semillas”, se ilusionó el diputado/productor.
Sobre esa demorada legislación, Benedetti dijo que el desafío será encontrar el equilibrio entre la defensa de los intereses de los pequeños productores y los intereses de quienes desarrollan nuevas tecnologías para las samillas. Pero avisó entre líneas que el proyecto de ley que lo tendrá detrás también debe “lograr que no haya un monopolio, que no haya posibilidad de que solo un actor pueda participar sino que puedan participar muchos actores del desarrollo científico tecnológico”.
Además confesó que tiene un capricho: actualizar la vieja ley de Warrants, que como ejemplo de la falta de trabajo legislativo, ya está cumpliendo más de cien años. Finalmente, Benedetti se mostró interesado en generar además en el marco del Congreso un debate amplio y participativo respecto de las controversias sobre las aplicaciones de agroquímicos.
No macanees, si no la querías agarrar.