El negocio agrícola de Cresud, la compañía controlada por la familiar Elsztain, perdió 5229 millones de pesos en el ejercicio 2024/25, mientras que en el ciclo anterior había ganado –en moneda constante– 6046 millones de pesos.
En la campaña 2024/25 Cresud sembró 145.989 hectáreas agrícolas –entre propias y alquiladas, de las cuales 77.060 se localizaron en la Argentina, 48.230 en Brasil, 11.923 en Paraguay y 8776 en Bolivia. Del total sembrado, la mayor parte (118.638 hectáreas) se hizo en campo alquilado.
En el balance presentado por Cresud se informó que la pérdida se explica por el “impacto de la sequía en la Argentina, que afectó los volúmenes de producción con impacto en los rindes productivos,
y la pérdida en términos reales por caída de los precios internacionales de las commodities, dado que la inflación superó la variación del tipo de cambio”, lo que produjo “inflación sobre los costos productivos indirectos, que redujo la rentabilidad”.
Esto último, traducido al castellano, significa crecimiento desmedido de los costos en dólares en un contexto de precios decrecientes de los granos (que en la Argentina se potenció por efecto de los derechos de exportación).
El mal desempeño obtenido en la Argentina fue en parte “compensado por resultados positivos en Brasil, donde la producción de soja mostró aumentos de volumen y precio, mientras que en maíz el fuerte incremento de precios compensó la menor producción, con un efecto adicional favorable de resultados por derivados de commodities”.
Sin embargo, el buen desempeño de la agricultura en Brasil –que se fundamenta en parte en la política de promoción de biocombustibles– no logró revertir las pérdidas del segmento por la situación presente en la Argentina.
En lo que respecta al negocio ganadero, la situación es inversa: en el ejercicio 2024/25 Cresud logró una utilidad de 8545 millones de pesos versus una pérdida en el ciclo anterior –medida en moneda constante– de 7177 millones de pesos, lo que se explica “por el incremento en la producción de carne, producto del engorde, junto con la suba de los precios de mercado por encima de la inflación, tanto en Argentina como Brasil”.
El documento muestra claramente que la empresa realizó una relocación de activos al desprenderse vacas de cría para posicionarse en hacienda con destino a invernada, lo que muy probablemente se hizo para aprovechar la sustancial revaluación en dólares que experimentó la hacienda en la Argentina con el cambio de régimen económico.
El balance de Cresud, de alguna manera, es una lección de la importancia de contar con empresas diversificadas para poder soportar con mayor holgura los embates de los cambios bruscos de escenario.
Por otra parte, en el último ejercicio Cresud vendió una fracción de 3630 hectáreas del establecimientos Los Pozos (Salta, Argentina) por el que obtuvo en septiembre del año pasado 2,23 millones de dólares (a razón de 614 u$s/ha).
Para la nueva campaña 2025/26 la empresa indicó que “apuntamos a crecer en superficie sembrada tanto en campos propios como en alquilados y también a intensificar nuestro negocio ganadero, principalmente en feedlots, aprovechando la favorable relación insumo-producto”.