Si bien la competitividad agrícola, en el largo plazo, está más vinculada a cuestiones estructurales, en el corto plazo el factor cambiario resulta relevante. Por ese motivo, resulta útil hacer un seguimiento del Índice del Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), que busca medir qué tan competitivo es el tipo de cambio en la Argentina para la soja respecto al resto del mundo (ITCRM-Soja).
Para la confección del indicador el Área de Economía de CREA considera a los principales actores del comercio internacional de productos oleaginosos (Argentina, Canadá, UE-27, Paraguay, Ucrania, EE.UU., Brasil e India), ponderados por su participación relativa en función de los montos comercializados por cada país en el último lustro.
Al respecto, la competitividad de la soja se ve fundamentalmente afectada por lo que ocurre en Brasil y EE.UU., países que representan más del 90% del índice por su participación en el complejo sojero.
Además, el índice también tiene en cuenta el efecto que producen los reintegros y derechos de exportación en la Argentina, que operan aumentando o reduciendo el nivel del tipo de cambio que efectivamente percibe el empresario agrícola.
En el siguiente gráfico pueden observarse grandes saltos ITCRM-Soja en el tercer trimestre de 2018 y fines de 2023, período en los cuales el peso argentino registró una importante devaluación.
También son evidentes las grandes oscilaciones promovidas por las diferentes ediciones del Programa de Incremento Exportador (PIE), más conocido como “dólar soja”, entre septiembre de 2022 y el mismo mes de 2023.
“Luego de que a fines del año pasado el ITCRM-Soja registrara el nivel más bajo desde el año 2015, la reducción temporaria de los derechos de exportación implementada este año por el gobierno nacional impulsó una recuperación del mismo”, apuntó Francisco Anzoátegui, economista del Área de Economía de CREA.
“Sin embargo, el indicador que mide la competitividad cambiaria de la soja argentina sigue por debajo del promedio registrado en los últimos veinticinco años”, añadió en un artículo publicado en Contenidos CREA
Al visualizar el ITCRM-Soja sin derechos de exportación, es factible advertir que el valor sin el impuesto se ubicaría en un nivel inferior al vigente con el tributo dos años atrás.
“La depreciación de la moneda brasileña y del dólar estadounidense contribuye a licuar la competitividad cambiaria de la soja argentina, lo que agrava el problema en un cotexto de precios internacionales decrecientes”, explica Francisco.
“En situaciones como las actuales se evidencia el perjuicio que un impuesto distorsivo puede tener sobre la competitividad de un sector que es el mayor generador genuino de divisas de la economía argentina”, resume.