Un informe elaborado por el Servicio de Investigaciones Económicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. (ERS-USDA) proyectó que los márgenes de las empresas agropecuarias estadounidenses crecerían de manera significativa en el presente año 2025.
El ingreso neto del sector agropecuario de EE.UU. en 2025, según estimó ERS, sería de 193.700 millones de dólares, una cifra nominal 21,7% superior a la registrada en el ciclo anterior, mientras que, si se ajusta por inflación, el crecimiento sería de 18,8%.
Los ingresos totales netos del agro estadounidense estimados por ERS contemplan los ingresos generados por las actividades agropecuarias y las ayudas estatales menos los costos de producción. No considera las amortizaciones.
El cálculo del ERS prevé que los ingresos por la venta de productos agrícolas disminuyan en 1800 millones de dólares (-0,3%) en términos nominales respecto de 2024, mientras que los provenientes del sector de proteínas animales crecería en 3800 millones de dólares (+1,4%).
El dato clave es que el informe prevé que los subsidios del gobierno a los productores aumenten en 33.100 millones de dólares (+354%) para alcanzar una cifra de 42.400 millones en 2025.
“Este aumento se espera en gran parte debido a la asistencia suplementaria y ad hoc para desastres a productos agrícolas y ganaderos de la Ley de Ayuda Estadounidense de 2025”, apunta el documento, lo que deja claro que la administración de Donald Trump contempla destinar –tal como lo hizo en su primer mandato– una cantidad colosal de ayudas al agro estadounidense para protegerlo de eventuales represalias comerciales promovidas por sus políticas exteriores disruptivas.
Durante la gestión de Donald Trump se implementaron ayudas discrecionales con el propósito de compensar las pérdidas de ingresos generadas por las represalias chinas instrumentadas en el marco de una “guerra comercial” que EE.UU. inició contra la nación asiática. Posteriormente, durante la administración de Joe Biden se implementaron programas de ayuda especiales relativos a la emergencia sanitaria generada por el Covid, los cuales luego fueron reconvertidos para ser promovidos con otras excusas.
Sin esas ayudas discrecionales, los subsidios se habría reducido a una mínima expresión en los últimos años porque, precisamente, los mismos fueron originalmente diseñados para ayudar a los productores en períodos de bajos precios agrícolas.