Este lunes por la noche, con la tradicional cena de expositores, se pondrá en marcha la Expoagro 2025. Lamentablemente por los trágicos hechos sucedidos en Bahía Blanca, lo más probable es que no haya figuras políticas de renombre en esta suerte de inauguración previa a la apertura formal de la muestra, que sucederá el martes por la mañana.
En la cena del año pasado, el gobernador Axel Kicillof sí dijo presente, pero se entiende que ahora está ocupado en otros menesteres y se duda de su presencia esta semana en San Nicolás. Del otro lado, según los organizadores, el presidente Javier Milei tiene muchas ganas de volver a visitar esta gran exposición del agro argentino hacia el ocaso de la semana (la expo permanecerá abierta hasta el viernes a las 15). En la edición 2024 lo hizo, brindó una charla cerrada para empresarios del agro, y provocó gran algarabía entre la multitud de productores agobiados de tanto kirchnerismo.
Así las cosas, permanece latente la posibilidad de que el Presidente pueda cruzar un saludo con su nuevo secretario de Agricultura, el ganadero Sergio Iraeta, concuñado de Juan Pazo, quien ahora está a cargo del ARCA pero antes (y todavía ahora) tenía el mando de toda la política de Producción.
Iraeta, en realidad, no es tan nuevo en el cargo: lleva más de ocho meses: Por decisión de su pariente político Pazo asumió en la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca en julio pasado. Pero no ha mantenido hasta ahora -al menos no se conocen- reuniones de trabajo con Milei, y mucho menos participó de los cónclaves del Gabinete, como solía suceder antes, en otros gobiernos, cuando Agricultura era un Ministerio con peso propio.
Iraeta, luego de lo que algunos llamaron “interna palaciega” pero nosotros denominamos sencillamente “humillación pública”, reemplazó en el cargo al ex decano de la UBA, Fernando Vilella, quien como único logró en siete meses de gestión pudo exponer el cambio de nombre del organismo a Secretaría de Bioeconomía, una decisión que luego se revirtió porque Milei mostró desprecio por la cría de insectos, la economía circular, y los postulados de la agenda 2030.
Vilella, pese a ser designado en ese cargo incluso antes de que Milei asumiera en el gobierno, el 10 de diciembre de 2023, recién conoció al líder de La Libertad Avanza en la anterior edición de la Expoagro, en marzo de 2024, cuando habían pasado tres meses largos de gestión. Fue cuando el Presidente descendió del helicóptero en el autódromo de San Nicolás y saludó a los funcionarios que lo esperaban. Vilella, como corresponde, estaba en esa fila. En ese momento el ministro del Interior, Guillermo Francos, le contó: “Miré Señor Presidente, este fulano es su secretario de Agricultura”.
Aunque no se habría lavado la mano derecha por varias semanas, poco le duró a Vilella ese empujón… al vacío.
Ahora será Iraeta, en esta nueva edición de la Expoagro, quien tendrá la chance de darle un apretón al primer magistrado. Y quizás, hasta puedan intercambiar algunas palabras sobre el rumbo de la gestión y el trazo estratégico de la política agropecuaria de la Argentina, un país clave para la sostenibilidad alimentaria global. O que era clave antes, y que ahora ha caído en desgracia.
Esa chance de intercambiar pensamientos profundos sobre el devenir de la política productiva nacional no pudo prosperar en la primera ocasión en que el Presidente y su Secretario estuvieron cerca, a unos cuantos metros de distancia, nada menos que en al palco oficial de la Exposición Rural de Palermo. Se entiende el desencuentro: Iraeta había asumido hace pocos días y todavía su gestión no había adquirido el lustre que puede ostentar ahora.
Además, los mugidos de los grandes campeones y los aplausos a Milei desde la tribuna de ruralistas deseosos de mayor libertar, acallaban cualquier posibilidad de conversación. En la repartija de sillas, Iraeta quedó muy lejos. Nadie recuerda que haya habido saludo entre ambos ese día. Y mucho menos, sacarse una fotografía. Era muy nuevito en el puesto.
Esta semana, en cambio, en la Exopagro y bajo los focos de los fotógrafos de La Nación y Clarín, nada menos, se podría producir ese momento histórico en el que el Presidente Milei conozca a su nuevo secretario de Agricultura. Si duda que comenzarán a escribirse entonces páginas imborrables de prosperidad y progreso para los productores argentinos.
Y quizás, luego de tan memorable suceso, los periodistas agropecuarios del resto de los medios tengamos suerte, y el secretario de Agricultura, embebido en al poder que le da le venía presidencial, nos conceda la primera conferencia de prensa de su gestión.