Dos años atrás la región CREA Norte de Buenos Aires inició una experiencia de capacitación con un “Espacio de Formación” destinado a responsables de tareas operativas de empresas agropecuarias de la región.
Entre los aspectos no convencionales del curso, que se realiza con una frecuencia bimensual en una jornada que se extiende durante todo el día, se destacan cuestiones tales como liderazgo y comunicación, eficiencia en el uso del tiempo, organización del trabajo diario, gestión de procesos y evaluación de desempeño.
“En la primera experiencia 40 responsables operativos realizaron el nivel uno de capacitación y actualmente se está llevando a cabo el nivel dos del programa, que cuenta con 25 participantes, y tiene el propósito de sumar y profundizar conocimientos”, comenta Josefina Duhalde, coordinadora general de la iniciativa.
También se ofrece capacitación técnica en cuestiones agrícolas, ganaderas y de maquinaria, dado que los participantes tienen diferentes perfiles: mientras que algunos son encargados de campo, otros son responsables de producción generales o bien específicos de determinadas actividades.
“La adquisición de habilidades de comunicación es fundamental para poder lograr buenas relaciones con los compañeros de trabajo, pero también para poder plantear propuestas a los administradores de las empresas; en muchas ocasiones los trabajadores, a partir de su conocimiento práctico, pueden aportar innovaciones, pero para que eso suceda deben darse las condiciones adecuadas”, apunta Josefina en un artículo publicado en Contenidos CREA.
Se trata, en definitiva, de fomentar un cambio cultural orientado a brindar a las personas la confianza suficiente para que puedan expresarse abiertamente, de manera tal de que el conocimiento presente en cada trabajador pueda estar disponible a todos.
“Con la capacitación los trabajadores adquieren nuevas habilidades para potenciar su carrera, al tiempo que las empresas mejoran sus procesos al contar con empleados que pueden tomar decisiones informadas y autónomas de manera oportuna y ágil”, remarca.
La metodología CREA resulta esencial para poder compartir conocimientos en un marco de confianza. “Mientras que en las primeras reuniones algunos no se animaban a contar sus experiencias, con el tiempo se fueron soltando y luego se generó un ámbito de confianza en el cual se comparten experiencias profesionales y personales”, explica.
Como sucede en cualquier grupo CREA, los participantes del programa se comunican con frecuencia –por lo general a través de plataformas de mensajería– para resolver dudas, solicitar referencias u opiniones.
“Estamos convencidos que ésta es la mejor inversión que puede hacer un empresario, porque la capacitación centrada en la persona vuelve con creces al promover una mejora de la calidad de vida de las personas y, por extensión, del trabajo realizado”, añade Josefina.
¿Qué es lo que más valoran del programa los participantes? “Lo que más valoro del curso es todo lo que aprendimos sobre comunicación y no sólo para aplicar en la empresa, sino también en la vida”, comenta Gastón López, encargado de un establecimiento agropecuario que se encuentra realizando este año el segundo módulo del “Espacio de Formación”.
“Los aspectos técnicos también son muy útiles. En nuestra empresa, por ejemplo, las pulverizaciones se tercerizan y lo que aprendimos sobre pulverizaciones me permiten tener un conocimiento más apropiado sobre lo que hace el proveedor de ese servicio”, añade.