La marginalidad presente en la Argentina está generando situaciones insólitas incluso en áreas rurales.
En los últimos meses se vienen reportando denuncias, en diferentes zonas de la región pampeana, relativas a robo de cilindros de molinos, lo que representa algo difícil de creer por el enorme trabajo que requiere semejante delito.
La camisa de un cilindro de bronce básico tiene un precio actual, con IVA incluido, de 14.000 a 15.000 pesos, lo que no representa, en sí mismo, un botín importante. Pero existe un grupo de delincuentes, promovidos por talleres de fundición ilegales, que se encarga de buscar artículos de bronce en los lugares más insospechados.
Robar el cilindro de un molino habla por sí solo de la decadencia por la que atraviesa nuestro país. pic.twitter.com/zZgBLpwE0q
— Mariángeles Lovera (@mariquilovera) May 12, 2022
“La alternativa para no volver a usar cilindros de bronce es colocar otro de acero inoxidable, pero no son fáciles de conseguir. Otra posibilidad es armar un gabinete o sistema de protección para evitar que puedan acceder al molino”, apuntó Luis Graf, propietario de Don Agro, distribuidora de artículos rurales localizada en el partido bonaerense de Coronel Suárez. “Los que roban cilindros de molino ganarían mucho más dinero trabajando como molineros”, añadió a Bichos de Campo.
Si bien algunas zonas permanecen libres de los rateros que van “limpiando” todo artículo de bronce que encuentran a su paso, es necesario estar alerta porque los propietarios de fundiciones ilegales van extendiendo su influencia territorial a medida que se quedan sin material (y las fuentes de artículos de bronce no son infinitas).
Nuevo robo en el campo: se llevan cilindros de bronce de los molinos https://t.co/qPBUfxY6a1
— Diario Actualidad (@DiarioActualid1) April 19, 2022
Si bien las residencias y plazas urbanas, iglesias y cementerios suelen ser los lugares más afectados por el robo de piezas de bronce, lo cierto es que ahora las zonas rurales ya comenzaron a estar en la mira de los delincuentes dedicados a sustraer ese material.
Por kilogramo de bronce, los “acopiadores” del material robado pueden llegar a pagar entre 1000 y 2000 pesos, dependiendo de la zona, lo que indica que se trata de un delito asociado directamente a situaciones de extrema marginalidad social.