Luego del fracaso de la campaña 2022/23, Argentina se esperanza con la posibilidad de lograr una gran cosecha de maíz 2023/24. Y la primera “parada” de ese desafío comienza en marzo próximo con la recolección del cereal de siembra temprana.
Argentina va camino –hasta el momento– de lograr una gran campaña maicera con casi un 59% del área total proyectada ya sembrada en buenas a excelentes condiciones, según indicó este jueves la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que espera –si todo sale bien– una producción nacional de maíz comercial al menos 55,0 millones de toneladas.
El último dato oficial disponible, correspondiente al pasado 13 de diciembre, muestra que las ventas anticipadas de maíz 2023/24 suman 4,80 millones de toneladas, las cuales 3,27 millones tienen precio abierto (operaciones “a fijar”). Es decir: la mayor parte de los productores que comprometieron mercadería estiman que los precios tienen potencial alcista.
El primer aspecto por tener en cuenta es que la campaña brasileña de maíz no está atravesando la mejor de las condiciones climáticas. Y no son pocos los analistas que estiman que es muy poco probable que el país pueda repetir en la presente campaña los buenos números logrados en 2022/23.
Por ejemplo, este jueves la consultora brasileña Datagro Graos indicó que a la fecha la previsión de la cosecha total de maíz en Brasil (temprana + tardía) es de 117,3 millones de toneladas versus 136,4 millones en 2022/23.
Otra instancia clave es que la Argentina está habilita por China para comenzar a exportar maíz a esa nación asiática, algo que, en caso de poder concretarse, podrá en un “escalón más arriba” los precios FOB del cereal argentino.
Si bien en los “papeles” esa posibilidad es técnicamente factible, lo cierto es que las exportaciones de maíz argentino al mercado chino sólo serán viables si el gobierno de Xi Jinping lo habilita en el marco de negociaciones con la administración de Javier Milei, quien –no muy brillantemente– aseguró antes de asumir la presidencia que no estaba dispuesto a negociar con países comunistas como China, Cuba o Cuba.
La noticia de que el gobierno pretende aumentar los derechos de exportación sobre el maíz –del 12% actual al 15%– no representa el mejor aliciente, especialmente porque, luego del anunció, los futuros del cereal 2023/24 en el Matba Rofex comenzaron a incluir esa hipótesis.
De todas maneras, el mayor desafío interno del maíz no será tributario, sino cambiario, dado que no existe certeza sobre la evolución del tipo de cambio real para el horizonte de marzo/abril del año que viene (cuando comienza la recolección de maíz temprano).
Es muy probable que, con el actual ritmo inflacionario, el tipo de cambio oficial actual quede completamente “licuado” para ese momento y el gobierno deba instrumentar nuevamente una devaluación para mantener la competitividad de los sectores exportadores. La cuestión, muy difícil de anticipar, es qué proporción tendría tal depreciación del peso y si la misma se realizará en un contexto de enfriamiento o calentamiento inflacionario.
Si estuviera el gobierno anterior, tendríamos “polenta para todos”. Tómenlo con humor!
Milei dijo que el no, el tema es de privados.