Argentina, a pesar de contar con una gran disponibilidad de maíz, no ha podido hasta el momento generar una gran industria transformadora del cereal para generar valor en origen.
Luego de más de una década de aplicar derechos de exportación y cupos de exportación al maíz –medidas que deprimieron el valor interno del cereal–, el primer gobierno kirchnerista no logró promover una mayor industrialización del grano.
En el ciclo comercial 2015/16, el último correspondiente a la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, apenas se habían logrado procesar internamente 11,0 millones de toneladas de maíz con una cosecha muy baja de 31,8 millones de toneladas por los escasos incentivos para sembrar el cultivo.
Con la eliminación de los derechos de exportación y de las restricciones para exportar implementadas por el gobierno de Mauricio Macri a partir de 2016/17, la producción de maíz creció de manera considerable, pero no así el procesamiento interno del cereal para elaborar proteínas cárnicas, bioetanol o productos derivados de la molienda seca y húmeda de maíz (como polenta, almidón o jarabe de maíz).
A partir de 2018 se reintrodujeron los derechos exportación, los cuales fueron incrementados en 2020 por el presidente Alberto Fernández para comenzar a ser administrados en 2021 en el marco de un régimen de autorregulación coordinado por la “mesa del maíz”. Pero durante ese proceso, que volvió a “abaratar” artificialmente el precio interno del cereal, no se logró mejorar de manera sustancial el nivel de procesamiento local del producto.
En el ciclo comercial 2019/20 Argentina exportó grano de maíz sin procesar en una proporción del 71,3% del total de la oferta disponible, mientras que para 2020/21 se proyecta que esa cifra sería del 68,8%, según el último Informe de Balances Comerciales Publicado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
En Brasil la situación es completamente diferente. Según datos oficiales (Conab) en 2019/20 exportó un volumen de 35 millones de toneladas, una cifra equivalente al 29,7% de la oferta disponible del cereal. En 2020/21 se prevé que las ventas externas sean de 29,5 millones de toneladas (27,0% del total).