Una década atrás EE.UU., Brasil y Argentina peleaban de igual a igual en el campeonato de la soja. Pero en los últimos años Brasil logró ascender al tope de la tabla, mientras que EE.UU. resultó muy perjudicado por las represalias chinas instrumentadas contra las barreras arancelarias del ex presidente Donald Trump.
Argentina, en cambio, se fue al descenso. Y lo hizo solita, sin la ayuda de nadie, dado que fueron los desincentivos internos los que dinamitaron el potencial de crecimiento del complejo oleaginoso, que sigue siendo –a pesar de todo– el principal generador de divisas genuinas de la economía argentina.
El ganador indiscutido de la plaza global de poroto, harina y aceite de soja es Brasil, cuya participación en el comercio escaló a un récord del 45% en 2019/20 y se proyecta que sea del 42% en el presente ciclo 2020/21.
Se espera que con Trump afuera del gobierno, EE.UU. recupere en esta campaña algunos puntos en el comercio mundial de productos del complejo sojero, pero seguirá quedando bastante lejos del enorme Brasil.
“La caída de la participación argentina en el comercio internacional de poroto, harina y aceite de soja se sustenta por la baja en los dos primeros, ya que el aceite es el único de los tres productos para el cual se proyecta un crecimiento de los embarques nacionales en la próxima campaña”, explica un informe publicado hoy por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
“Si bien para la nueva campaña se espera una leve recuperación del volumen de molienda de soja, éste no sería suficiente para impulsar la participación del complejo sojero argentino en el comercio internacional, que caería por segundo año consecutivo”, añade.
Si bien la Argentina continúa siendo el principal abastecedor de harina de soja al mundo, con exportaciones estimadas para la nueva campaña en torno a los 26,5 millones de toneladas (muy por encima tanto de los 16,8 millones que aportaría Brasil como de las 13 millones de toneladas estadounidenses), la participación relativa de nuestro país en el total mundial caería por debajo del 40% por primera vez desde la campaña 2000/01, hace exactamente 20 años atrás.
“Respecto al máximo histórico anotado en la campaña 2016/17, la participación de mercado de la harina de soja argentina en el comercio mundial ha perdido casi 10 puntos porcentuales, una caída muy pronunciada que ha sido aprovechada tanto por Brasil como por EEUU que vieron escalar su participación en los despachos globales en el ínterin”, apunta el informe de la BCR.