Con la recomposición hídrica en gran parte de la región pampeana se activaron los planes de siembra y las órdenes de compra de agroinsumos.
“Esta semana llegaron las lluvias en gran parte de la pampa húmeda. Y justo llegaron en el peor momento de restricción de SIRAs, pagos y todo tipo de trabas para la importación. Hoy hay alrededor de 300.000 toneladas de mercadería en barcos esperando la documentación para poder ingresar a muelle y ser nacionalizados”, alerta el último informe de la consultora IF Ingeniería en Fertilizantes.
“Aunque las 300.000 toneladas de fertilizantes que hay a la espera ingresen con normalidad, no alcanzaría a cubrir la demanda de un año normal de siembra de gruesa. Además, las perspectivas de nuevos barcos (el “line up” estimado de noviembre es de 440.000 toneladas) y las nuevas ventas por parte de los traders a la Argentina no son muy alentadoras”, añadió.
En ese marco, los precios de venta de fertilizantes en el mercado argentino, que ya vienen muy desarbitrados, subieron nuevamente esa semana para divorciarse cada vez más del mercado internacional.
En lo hechos, eso implica que los fertilizantes no están siendo adquiridos al tipo de cambio “blue”, sino más bien “black”, porque el tipo de cambio oficial al que supuestamente ingresan los nutrientes al país es una ficción en un marco en el cual las importaciones están virtualmente bloqueadas por el gobierno nacional.
Los niveles actuales de deuda comercial son extremadamente elevados en términos históricos: mientras que la deuda por el pago de servicios se mantuvo estable en torno a 6000 millones de dólares desde 2017, hoy ese número alcanza los 12.000 millones, según estimaciones de la consultora Invecq Consulting.
“Por su parte, el segmento de bienes pasó de los 22.000 ‘habituales’ a 43.000 millones de dólares en la actualidad. De esta manera, la deuda irregular supera los 27.000 millones y emergen dudas sobre la capacidad de pago según los contratos preestablecidos”, alertó la consultora.
El drama de la situación presente en la Argentina es que los fertilizantes, entre otros insumos importados que no se fabrican internamente, resultan esenciales para poder generar en 2024 las divisas que, entre otras cuestiones, serán necesarias para poder afrontar la deuda comercial con importadores, la cual en gran medida corresponde a operaciones realizadas por compañías transnacionales que aún siguen operando en el país.
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