El tambero Tomás Gortari contó en redes sociales el drama que padecen decenas de miles de empresarios argentinos que, por el súper cepo cambiario implementado por la Secretaría de Comercio y el Banco Central (BCRA), encuentran cada vez más dificultades para producir, generar empleo y divisas.
“Compre un tractor nacional en junio con entrega en septiembre, todavía no me lo entregaron porque no los dejan importar algunas piezas. Ya me llegó la primera cuota del crédito, que la iba a pagar produciendo más. Por si no lo saben, por lo general uno compra un tractor para producir”, ironizó.
“Solo las financieras y los políticos sobreviven, pero algún día los pelotudos que producen –la economía real– no van a poder hacerlo más”, apuntó este productor lechero de la zona bonaerense de Henderson. Y luego se dirigió al secretario de Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren, para pedirle que “hagan algo”, porque “esto no da para más”.
Compre un tractor nacional en Junio c entrega en septiembre, todavía no me lo entregaron porq no los dejan importar algunas piezas.
Ya me llego la 1er cuota del crédito q la iba a pagar pruduciendo mas.
Por si no lo saben x lo general uno compra un tractor p producir. pic.twitter.com/BY5UbyVFSw— Tomas gortari (@tgortari) November 28, 2022
El tractor en cuestión corresponde a la empresa argentina Pauny, la cual, si bien fabrica tractores nacionales, los mismos requieren múltiples piezas y componentes importados para poder ensamblarse en el país.
La mayor parte del público que respondió al mensaje de Gortari en redes sociales lo hizo para solidarizarse porque sufrieron o están atravesando problemas similares, los cuales son producto del desdoblamiento cambiario implementado desde fines de 2019, el cual promueve –debido a múltiples distorsiones– un rápido vaciamiento de las reservas de divisas en el BCRA.
Otro productor bonaerense, Juan Martín Perkins, indicó que “Pauny es una empresa absolutamente K”, en referencia a su alineamiento con el kirchnerismo, que no es nuevo, sino que se corresponde con el propio inicio de la firma.
De hecho, en la última Expoagro el propio vicepresidente de Pauny, José María López, relató al ministro del Interior, Wado de Pedro, que la empresa, fundada en enero de 2002, tras la quiebra de Zanello, por un grupo de ex trabajadores de la misma, pudo salir adelante gracias un crédito del Banco Nación gestionado personalmente por el ex presidente Néstor Kirchner.
🚜 Recorriendo #Expoagro2022 tuve la oportunidad de conocer la historia de @PaunySA, una fábrica quebrada en 2001, que a partir de una carta a Néstor Kirchner pudo recuperarse y hoy genera empleo para 800 argentinos y argentinas 🇦🇷.
📹 Contada por un cordobés, doblemente buena. pic.twitter.com/wp3lwJvp21
— Wado de Pedro 🇦🇷 (@wadodecorrido) March 10, 2022
El santiagueño Juan Monin, empresario y dirigente agropecuario, aprovechó la ocasión para manifestar que en la actual coyuntura “no hay que comprar nada; hay que arreglarse con lo que tenemos, no hay que vender un grano de más, nada: economía de guerra”.
“La culpa es nuestra porque, mientras sigamos tranqueras adentro en el círculo de confort privado y solo quejándonos por las redes, en la cola del banco o en el café, esto seguirá igual o peor; somos muy egoístas: sólo nos miramos el ombligo; si quieren cambios, esos se ganan en la calle”, añadió.
El hecho de no disponer de divisas para poder completar la fabricación de un producto y cumplir con un compromiso comercial, en realidad, no depende exclusivamente del gobierno nacional, pues puede ser subsanado por la propia empresa al acceder al mercado denominado “contado con liquidación” (CCL).
A través de la operatoria del CCL, por ejemplo, actualmente se pueden conseguir divisas para gestionar importaciones a un tipo de cambio del orden de 322 $/u$s.
Por supuesto: siempre será más conveniente que los “carceleros” de divisas de Comercio Interior y el BCRA autoricen importaciones para poder acceder a un tipo de cambio oficial de 173 $/u$s. Pero la realidad es que, si el BCRA no tiene disponibilidad de ese recurso, el artificio del tipo de cambio oficial como promotor de la industrialización se “va al tacho” junto con el resto de la economía argentina.