Por Matías Longoni.-
El Instituto de Agrobiotecnología Rosario (Indear SA), un emprendimiento conjunto entre el Conicet y la empresa privada Bioceres, logró hoy el permiso oficial para su segundo cultivo transgénico (el primero fue la soja tolerante a sequía). Se trata de la primera variedad de cártamo modificado genéticamente para obtener quimosina bovina de sus semillas. Cierra el círculo, ya que un año atrás ese instituto inauguró una fábrica para extraer esa enzima del cultivo.
Con la firma de Santiago Hardie (en reemplazo del ya ido ex subsecretario Néstor Roulet), la Subsecretaría de Agregado de Valor del Ministerio de Agroindustria dictó la Resolución 103-E/2017. “Autorízase la comercialización de la semilla y de los productos y subproductos derivados de ésta, provenientes del cártamo IND- 10003-4, IND- 10015-7 e IND- 10003-4 x IND- 10015-7, y de toda la progenie derivada de los cruzamientos de este material con cualquier cártamo no modificado genéticamente, solicitada por la firma Indear SA”, define la norma.
El cártamo o alazor (Carthamus tinctorius L.) es una planta de la familia de los cardos originaria de la India, que se difundió bastante en todo el mundo por su capacidad de adaptación a zonas áridas. Tradicionalmente, el cultivo fue utilizado por sus flores, que eran destinadas a la industria del colorante, el negocio de las especias y en medicinas. Desde 1950 la planta se cultiva también para obtener aceite vegetal extraído de sus semillas.
En esta variedad transgénica obtenida por la empresa mixta argentina, el objetivo es utilizar el cártamo como fuente de quimosina bovina, una proteasa que se utiliza para coagular la leche en el proceso productivo de los quesos. Se trata del primer proyecto de “Molecular Farming” lanzado por Indear en 2010. Dos años después la firma puso en marcha una planta piloto de producción de enzimas recombinantes expresadas en semillas de cártamo.
A partir de septiembre de 2016 , por medio de un acuerdo entre Bioceres SA y Porta Hnos SA, se construyó una biofactoría de cártamo para la producción y comercialización global de ese subproducto. Su capacidad de procesamiento es de hasta 6.000 Tn/año de cártamo, con un plan de crecimiento en participación del mercado global de quimosina del 2% al 10%.
Originalmente, esta enzima imprescindible para la elaboración de quesos era extraída de los estómagos de terneros en lactancia. Debido al aumento en la demanda, los problemas sanitarios y el alto costo de producción, desde hace casi veinte años se produce en forma recombinante en bacterias y hongos utilizando fermentadores. Hoy en día más del 80% de la quimosina utilizada en la producción de queso es de origen recombinante.
El nombre comercial del transgénico aprobado este lunes por Agroindustria será el de “cártamo SPC”. La semilla de ese OGM acumula altas concentraciones de quimosina. El sistema de extracción y purificación desarrollado por el Indear permite aislar esta proteína con una alta eficiencia. Luego de este proceso, el producto final obtenido es indistinguible de los que actualmente se comercializan, en todos los aspectos analizados.
Esta nota de Valor Soja explica la importancia que puede llegar a tener el proyecto, ya que serán necesarias solo 2.000 hectáreas de este cártamo transgénico para abastecer la planta industrial. Y con la fábrica funcionando a pleno, Indear podrá abastecer toda la demanda local de quimosina bovina, mucha de la cual todavía es importada. La proyección también es incursionar en los mercados internacionales.