Uno de los oradores del Congreso CREA 2022, realizado esta semana en Buenos Aires, fue Andrés Malamud, licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y doctorado del Instituto Universitario Europeo. “Duele este país, y más de lejos”, inició su charla.
El “de lejos” se refiere a que Malamud está radicado desde hace unos años en Portugal, siendo investigador principal en el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa. “El mundo puede darnos la posibilidad de que el país duela un poco menos, pero para eso tenemos que aceptar nuestra condición de país periférico, vulnerable y dependiente”, expresó.
Malamud explicó tres claves para entender el mundo actual y a la Argentina inserta en ese mundo: el desacople, el riesgo y la relevancia.
Sobre el desacople, afirmó que el centro de gravedad de la globalización está cambiando: “China es la única potencia global, cada vez pesa más y los otros menos. La única región a la cual este desacople centrifuga es la nuestra. América Latina está desgarrada por este desacople y la Argentina tiene opciones”.
“Teníamos un concepto optimista de la globalización como un conjunto de conexiones que tomaba el mundo. Lo que estamos viendo es que la transición de poder Estados Unidos declina y China emerge. No solamente está cambiando las relaciones dentro de un mundo sino dividiendo los conflictos. Las diferentes esntre los diferentes estándares, las diferentes Internet, la disputa por el 5G, por ejemplo, lo que está generando es que algunos estén en el área de influencia china y otros en el área de influencia de Estados Unidos”, expresó Malamund.
Sobre el riesgo dijo: “Somos una región sin riesgo nuclear o de guerras, pero nos matamos entre nosotros. América latina tiene el 8% de la población mundial pero el 35% de los homicidios. Esto es desacople también”, dijo.
Y sobre el concepto de irrelevancia, explicó: “Al decir que Argentina es periférica, vulnerable y dependiente digo que es ligeramente irrelevante, lo cual no es necesariamente malo. No estamos a la mesa porque ahí están las grandes potencias. No estamos en el menú porque no importamos tanto. Somos el menú. Somos los que producimos los alimentos que el mundo necesita, sobre todo si la guerra destruye la capacidad de producción de cereales, de Rusia, de Ucrania, que es lo que estamos viendo el mundo, la tragedia de la guerra, nos abre una oportunidad”.
Mirá la entrevista:
–Uno de los temas importante del Congreso CREA fue la sostenibilidad en la producción alimentaria y las nuevas demandas que se van a venir en los próximos años. ¿Hacia dónde vamos en lo que es producción alimenticia, geopolíticamente hablando?
-Alimentos y energía es lo que tenemos y lo que podemos mejorar, producir, exportar. Con tecnología, el mundo que viene sigue siendo un mundo de innovación y productividad. Tenemos que agregar cerebro, intelecto a esos recursos naturales que solitos no son riquezas. Recursos no es riqueza. Por eso los países que tienen solo petróleo, esos diamantes son pobres y autoritarios. Es la cabeza de la gente la que a veces la gente necesita alimentos, consumir proteínas que le permitan educarse. Y eso es una de las tragedias argentinas. En parte la desnutrición que genera discapacidad para aprender y por lo tanto una mano de obra que después está en condiciones de aprovechar los recursos. Eso es lo que hay que revertir. Argentina fue pionera con Sarmiento en educar a esa población. Educar significa que la gente puede producir mejor y sobre todo, realizarse mejor. Es bueno materialmente, es bueno humanamente. Y Argentina ya supo hacerlo simplemente recordar aquello que fue y hacerlo de nuevo hacia el futuro.
-¿Qué es esto de que la solución viene de la mano de la cohesión hacia adentro y la diversificación para afuera?
-Lo de la cohesión es importante porque lo que vemos es que la sociedad, dividida, desgarrada, que tiene ahora, según el discurso del odio, no es exactamente eso es el desconocimiento del otro. Tiene más dificultad para generar estabilidad social. La estabilidad social tiene consecuencias sobre el nivel de violencia y cuanta más violencia, menos producción, menos inversión, menos desarrollo. Así que la igualdad interna lo que hace es generar también de crecimiento económico. La estabilización, la paz, la tolerancia con el otro. Permite que crezcamos más y seamos más prósperos.
-¿Y la diversificación hacia afuera?
-Respecto a la diversificación hacia afuera, se habla de equidistancia que Argentina tiene que mantener, la misma distancia de China y de Estados Unidos. Y yo estaría de acuerdo si eso significara también hay que proximidad. Cuanto más cerca mejor. Tenemos que ser amigos de todos porque Estados Unidos financia y China nos compra. Acá no hay que optar por ninguno, ni hay que alejarse de ninguno. Hay que acercarse a los dos y a todos los demás. A África que va a ser una gran boca de consumo. A Europa que, a pesar de ser un continente en declinación, sigue siendo muy rico. Y a todo lo que se mueva hay que comerciar y producir con todo aquel que tenga ganas de comerciar y producir.