La provincia de San Juan está viviendo una reconversión productiva de sus fincas, donde los productores empezaron a ver al pistacho como opción más que adecuada para destinar hectáreas a ese cultivo.
Por las condiciones naturales, y la visión de Marcelo Ighani, pionero del pistacho sanjuanino, el departamento 25 de Mayo está volcándose casi por completo a este nuevo impulso productivo, erigiendo a esta zona como la meca pistachera de Argentina.
Aun así, hay quienes apuestan a plantar pistachos más allá de 25 de Mayo, registrando plantaciones en todo San Juan, e incluso experiencias en Mendoza. A lo largo de toda la provincia empiezan a florecer proyectos de grandes extensiones implantadas con pistacho, que luego de unos 5 años de implantados, comienzan a dar sus frutos. Actualmente se estima que hay más de 7 mil hectáreas destinadas a este fruto en San Juan.
El pistacho está en auge por las condiciones climáticas de la región, que la hacen apta para el crecimiento de este árbol. Pero también por mercado altamente demandante de este producto. El pistacho se consume como snack, pero también un gran porcentaje de este fruto seco se usa en la industria heladera, de las grandes ciudades, que ofrecen el tradicional gusto de pistacho, que también crece en demanda, lo que lleva a que muchos empresarios inviertan en hectáreas destinadas a pistacho.
Sin embargo, también hay pequeños productores que más allá del negocio, ven en el pistacho una cultura relacionada con lo que saben hacer, y no es otra cosa que la agronomía y la producción. A la par de los grandes desarrollos que cuentan hectáreas de cientos, también hay quienes destinan 5, 10, 15, o 20 hectáreas a este cultivo.
A su vez, San Juan está atravesando una reconversión energética de las fincas productoras. En esas latitudes, es imposible hacer agricultura en secano, y se necesita si o si hacerla bajo riego. Históricamente, el riego se hizo con las cuotas que se asignan a las fincas y los productores recibían en la puerta del campo el agua proveniente del río para poder extraerla y de esa forma regar por manto los cultivos.
El proveedor de agua por naturaleza es el río San Juan y su cuenca, que se alimenta del agua del deshielo proveniente de la alta montaña, o la Cordillera de los Andes, que en cada primavera comienza a nutrir el caudal del río.
Gracias al cambio climático, esto ya no pasa como antes. Las nevadas en los inviernos sanjuaninos son escasas – o nulas- y el agua para regar por manto proveniente del río ya no alcanza para hacer agricultura. En la región estiman que hoy el acceso al agua representa solamente el 20 o 30% de lo que tenían años atrás.
Consecuencia de esto, los productores que imperiosamente necesitan el agua para su actividad, deben buscar el agua en las profundidades, extrayéndola por medios eléctricos de la napa subterránea, que en algunas zonas puede llegar a estar a 400 metros. Entonces, el desafío para los sanjuaninos es el acceso al agua, que tienen que excavar para llegar al agua y pagar costos altísimos para esta infraestructura enorme.
Además, el agua no sube sola. Ese trabajo lo hace una bomba, que necesita alimentación. Y sumado a los altos costos de inversión, más los altibajos de los mercados de las economías regionales, el costo de la tarifa eléctrica de red es imposible de pagar para pequeños productores, que en muchos casos deben dejar la actividad si piensan usar la energía de la red y mantener los índices productivos.
Es entonces que la reconversión energética se hace visible, y tan visible es, que el hermoso paisaje sanjuanino se compone ahora también de parques solares. Las largas horas de radiación solar de la región, y el decreciente costo de adquisición de los paneles solares, hacen que esta opción sea, en muchos casos, la única fuente de energía posible para desarrollar la agricultura.
Esta reconversión hace que los pistachos sanjuaninos, el último grito de la innovación productiva, tengan que inevitablemente ser regados por bombas alimentadas con energía solar.
Alfonso Barassi es un productor del departamento Pocito, que destinó 14 hectáreas a pistacho. Como pequeño productor, debió invertir en la infraestructura necesaria para los árboles, que si bien fueron plantados en este 2024, recién comenzarán a dar sus frutos en 2029, o más adelante.
Además de la instalación de energía solar, Barassi construyó un reservorio de agua, que se alimenta con el agua que extrae la bomba, y también con la que llega por cuota de las acequias. A su vez, la energía solar empuja el agua para regar, por goteo, los nacientes árboles pistacheros. Todo este sistema hídrico, lo maneja desde su celular.
Esas 14 hectáreas, explica, las destina a pistacho porque por los costos, “no da para hacer otra cosa”. Además, cuenta en diálogo con Bichos de Campo: “Es conveniente que sea así. Estamos terminando el primer año de la plantación. Ya se ve con el injerto, que sale de ahí debajo del tronco principal, del pie, que es ya la variedad que va a dar la fruta. A partir de los cinco años va a estar productiva esta finca que tenemos aquí”, dice.
El productor sanjuanino cuenta que se volcó por este cultivo por la demanda, además de los vaivenes productivos: “Según las heladerías de Buenos Aires, se vende tanto dulce leche como pistacho, cosa que nunca había pasado. Entonces hay que abastecerlo. Hoy en día también producen mortadela con pistacho. Es muy saludable el pistacho, y la proyección de demanda es más grande que la proyección de producción que va a haber en todo el mundo”.
Mirá la nota completa con Alfonso Barassi:
Alfonso cuenta orgulloso que esta finca comenzará a estar productiva en años. Que es muchísimo tiempo. Según el, “en ese lapso hay que arar, cultivar un poco la tierra, remover, arreglar manguera, ver las plantas, atarlo. El primer año ha sido complicado en el tema que iba creciendo, había que hacer repasadas y atar, porque iba subiendo la planta. Y está sujeta por un tutor. Después cuando el pistacho ya es un árbol, ya se pone más tranquila la cosa. El primer año ha sido bravo en ese aspecto, herbicida por el tema de los yuyos y el tema de atarla para que vaya creciendo”
Barassi se hace un tiempo para explicar porque el pistacho es buena opción productiva en San Juan: “¿Por qué San Juan? Primero por el clima. Tiene en verano un ambiente muy cálido y tiene bastantes horas de frío que también el pistacho en invierno necesita bastantes horas de frío. Es una tierra apta o un lugar apto para cultivar pistacho. No se puede ir mucho al norte ni mucho al sur porque no da. Es acá. Mendoza también está empezando a hacer algo, pero yo diría que el mejor lugar es San Juan”.
Es en esa parte del diálogo con este medio, que el sanjuanino explica la transición enérgetica que tuvo que adoptar, casi obligadamente: “Por el costo de la energía. Cuando empecé estaba todavía accesible, pero yo sabía que iba a empezar a subir. Y bueno, acá el costo mensual más alto es el de la energía. Entonces, se planteó el tema de conseguir energía con paneles solares y tener un reservorio para juntar el agua para cuando falte. No es que uno vaya a dar la vuelta un año entero sin que haya agua, pero con esta capacidad uno puede estar tranquilo. Los paneles solares, las bombas, optimizar el riego, todo eso, abarata un poco y hace más llevadero el mes”.
– Hay una cuestión ambiental, pero lo más visible es lo económico, ¿no?
– Sí, el agua hay que tenerla, porque está bien que uno tiene acá un pozo para agua subterránea, pero bueno, ese pozo también hay que mantenerlo con energía eléctrica, hacerlo funcionar. Entonces, había que tener previsto el tema del agua y después el tema de cómo bombear esa agua a mandarla a los circuitos que riegan los cuatro sectores que tiene este pistachero.
-Vos seguís usando algo de agua de la cuota para llevar al reservorio.
– Sí, sí. Uno después trata de mantener el reservorio lo más lleno posible, cuando le corresponde el agua, y regular. Ahí también está muy bien con los paneles solares, ver las horas mejores para regar, que normalmente son cuando el sol está más alto y más enfrentado bien a los paneles. Entonces uno a veces dice, bueno, tengo que regar tres horas por sector semanalmente, bueno, uno llega el lunes, el martes, el miércoles y el jueves en las mejores horas. Entonces uno cuando está regando en ese momento no consume energía de red. Está calculado todo eso para generar en esas horas pico la potencia que uno tiene instalada acá.
– Entonces, ¿cómo funcionan y cómo usas los paneles?
– Estos paneles solares y el conversor, no trabajan con batería. O sea, hay otros sistemas de energía solar que van a batería. Acá no va nada a batería. Aquí cuando a mí me sobra generación solar, yo se la inyecto a Energía San Juan. Ellos después me reconocen en la factura una devolución por esa energía suministrada o inyectada en la red. Entonces, si uno se organiza bien, tiene que usar para llegar las mejores horas. Y después las otras horas le van dando un margen que lo inyecta y bueno, es un crédito que uno va teniendo.
– En esas horas que vos usas por día, de las mejores horas del sol, dosificas lo que antes quizás hacías en un día, que regabas nueve, diez, doce horas, ahora lo haces tres horas por día y vas dosificando esas horas para maximizar la producción.
– Si yo riego todo a 12 horas por día, va haber horas que voy a consumir todo de Energía San Juan. ¿Por qué? Porque los paneles solares todavía no van a estar generando lo suficiente. Entonces, eso es lo que permite a uno con práctica decir, no, voy a programar los circuitos de riego de tal hora a tal hora. O sea, el lunes de tal hora a tal hora el sector 1, después el martes el sector 2, el miércoles el sector 3 y así.
– Y eso lo podés hacer tranquilamente desde la comodidad del celular…
– Si tenés señal lo podés hacer, podés manejar absolutamente todo y regar la pista. Era imprescindible, porque tanto para el sistema de energía solar, el monitoreo y también para el tema de la automatización del riego hacía falta tener internet. Y bueno, lo primero que hice fue poner internet. Y acá también uno pone internet porque tiene cámaras, controla, ve distintos procesos.
– ¿Te imaginabas estar hablando de paneles solares, de toda esta cuestión de la eficiencia de la energía hace unos 8, 10, 15 años?
– No, no, para nada. Para nada. Yo realmente conocía los temas de los paneles solares, pero llamémosle con batería, que acumulaban, que uno podía tener. Hasta ahora funciona perfectamente bien todo. Es más, en un momento dado tuve un problema con la lectura que hicieron del medidor los de Energía San Juan y me llegó una factura altísima. Estaba mal, porque yo decía que he puesto paneles y estoy pagando el primer mes una brutalidad. Pero no, estaba mal.