El informe del organismo estatal brasileño Conab, si bien no generó grandes sorpresas, trajo una noticia alcista para el mercado internacional del aceite de soja.
Conab mantuvo la estimación de cosecha brasileña de soja en 152,8 millones de toneladas –similar a la prevista un mes atrás–, aunque aclaró que las importantes lluvias registradas en el principal estado productor, Mato Grosso, podrían alterar la calidad del poroto.
Muchos productores de Mato Grosso, señala el informe oficial, “están preocupados por las lluvias sobre cultivos que ya están secos, haciendo inviable el trabajo de campo y posiblemente afectando la calidad físico-química de los granos”.
La contrapartida de las abundantes precipitaciones es que los cultivos de soja tardíos, que se cosecharán entre marzo y abril próximos, están recibiendo agua suficiente en plena fase de floración y llenado de granos.
En 2022/23 Brasil seguirá incrementando la producción de harina de soja para embarcar al menos 20,0 millones de toneladas del producto en el período. La buena noticia es que, debido a un crecimiento del consumo interno de biodiésel elaborado con aceite de soja, la exportación de ese commodity caería de manera sustancial.
Por otra parte, Conab ajustó la proyección de cosecha de maíz brasileño de 125,0 millones de toneladas previstas un mes atrás a las actuales 123,7 millones debido al impacto generado por la sequía en el sur del país.
Sin embargo, al ajustar al alza el stock inicial del cereal, en la presente campaña 2022/23 pronosticó exportaciones por 47,0 millones de toneladas, una cifra equivalente a la lograda en el ciclo anterior.
El maíz temprano, cuya cosecha está en curso en el sur y sudeste del país, debería generar –según Conab– 26,4 millones de toneladas, mientras que la producción de cereal tardío sería de 94,9 millones de toneladas.