En julio de 2020, en pleno cimbronazo social por la pandemia, el humo cubría la ciudad de Rosario y la justicia federal imputó a decenas de productores de las islas del Paraná, a los que se acusaba de prender intencionalmente fuego en sus campos ganaderos. En un clima en extremo seco, los focos ígneos se contaban de a decenas e iban desde la ribera de San Nicolás hasta el puente entre Rosario y Victoria, en Entre Ríos.
A cinco años del inicio de aquel proceso judicial, en el que no se lograron presentar pruebas contundentes contra los señalados, la Justicia anunció su sobreseimiento.
“Era una época de poca lluvia, sequía, río bajo y poca hacienda en las islas, con lo cual había material combustible como para hacer dulce. Simultáneamente, ni la provincia de Santa Fe, porque también se incendiaron islas de esa provincia, ni la provincia de Entre Ríos tenían aceitado un mecanismo de combate contra el fuego. Como si fuera un anfiteatro, definido así por el director de Parques Nacionales en ese momento, las llamas se veían desde Rosario”, recordó el productor Enzo Mariani, uno de los sobreseídos en la causa, en conversación con Bichos de Campo.
El proceso fue llevado adelante por el fiscal Claudio Kishimoto, que actuó a partir de una denuncia realizada por la Municipalidad de Rosario. A partir del uso de imágenes satelitales emitidas por la plataforma FIRE de la NASA, que permite detectar puntos de calor anormales, se procedió con la imputación de los productores de la zona afectada.
“Fue una época de operaciones de prensa y parafarnalia mediática. Decían que los dueños de campos prendían fuego para mejorar y obtener mejores pasturas. Una barbaridad. La imputación fue simplemente por ser los propietarios de los predios donde se habían producido los incendios, independientemente de quién los había causado. Incluso hubo incendios en campos vecinos simplemente porque el fuego se fue corriendo”, relató Marini.
En agosto de 2020, incluso más de 1.500 personas protestaron en el acceso al puente Rosario-Victoria y vinculaban esos incendios con la falta de una Ley de Humedales, que impulsaban diferentes diputados del oficialismo de ese momento, que luego no prosperó en el Congreso.
Para el productor, los incendios “sin duda fueron intencionales”, ya que “no hay generación espontánea de fuego”. Sin embargo, acusar sin pruebas a productores solo por ser quienes ocupan esas tierras fue lo que motivó a los señalados a defenderse.
“Cuando la ciudad de Victoria hizo una ordenanza prohibiendo, a raíz de la cuestión del Covid, el traslado de gente de la provincia de Santa Fe a la zona de Islas, ahí cesaron los incendios. Y todos nosotros teníamos permiso de movilizarnos porque éramos considerados esenciales. Mientras nosotros nos podíamos movilizar, pero no así el resto de la población, no hubo ningún incendio. Con lo cual estaba claro que los productores no eran los que encendían fuego”, afirmó Marini.
Luego de las respectivas declaraciones a indagatoria realizadas por los imputados en Paraná, en un proceso que incluso obligó a algunos imputados a movilizarse desde otras provincias al no residir en la zona de islas, la Justicia realizo un sobreseimiento parcial que fue apelado por la Municipalidad de Rosario.
“Allí volvió todo para atrás, pero finalmente ahora el juez sobreseyó a la totalidad de los imputados. Fuimos cerca de 40 y pico de personas. Y no hubo ningún indicio, en ninguno de los casos, que pudiera probar ni remotamente que los propietarios habían iniciado un incendio”, destacó el productor.
-¿Por qué creen que se avanzó con esta causa que finalmente no consiguió mostrar pruebas?- le preguntamos a Marini.
-Eso es lo que habría que preguntarle a los políticos y al juez. Por qué livianamente se imputó a todo el mundo sin tener ningún indicio, prueba o posibilidad. Si no encontraron a nadie prendiendo fuego, es una locura que se nos impute.
-¿Planean algún tipo de acción en consecuencia?
-Hay gente que está estudiando el tema. Probablemente lo que se haga es alguna acción de resarcimiento por daño moral o algo así. Ninguno busca un resarcimiento económico. Uno no quiere ni siquiera recordar la situación por la que pasaron todas las familias. Imagínense estar en boca de todo el mundo, acusados por el periodismo de todo el país, que las personas conocidas de repente nos empezaran a acusar de que nosotros prendíamos fuego nuestros campos. Fue una cuestión muy desagradable. Lo que se busca es que no se hagan falsas denuncias. Si eventualmente hubiera alguna acción, sería para que no sea gratuito acusar falsamente.