A pesar de que en Argentina se consume apenas un 8% de las legumbres que se cosechan, el producto es de los más demandados por el mercado internacional. Incluso cuando hay otros países productores de porotos, garbanzos y arvejas, las legumbres argentinas tienden a ser las preferidas, fundamentalmente por su sabor.
En este rasgo distintivo mucho tienen que ver las características de las zonas productivas. Pues se trata de un cultivo que tiene la virtud de ser federal.
Es que Salta concentra el grueso de la producción de legumbres, especialmente las variedades de verano, como los porotos. De Salta Capital hacia el noreste, la extensión del territorio hace propicio el desarrollo de esta actividad agroindustrial, donde muchas grandes empresas siembran, procesan, industrializan, empacan y exportan o distribuyen las legumbres que de ese suelo recolectan.
Salta es tierra productora de legumbres, es la provincia que más produce y exporta una de sus variedades, el poroto. En ese marco, la Argentina exporta casi toda su producción, y es allí donde el poroto salteño posee una importante participación en el comercio internacional.
Solo para poner algunos números, de acuerdo a informes de la Bolsa de Comercio de Rosario, en términos productivos se puede observar una tendencia creciente, tanto en la superficie sembrada como en la producción total. En el primero de los casos, para la campaña 2018/19 la superficie era de 674.669 hectáreas, mientras que para la última campaña 2023/24 la superficie total se estima en 802.951 hectáreas, un incremento del 20% en tan sólo 6 años.
De esta forma, el área retoma el sendero de crecimiento que se había interrumpido la campaña anterior, debido al impacto de la gran sequía. En la comparación con la campaña 2022/23, se observa un crecimiento del 5,8%, motorizado principalmente por la gran recuperación del área de garbanzos, que registró un incremento de más del 50%, llegando a 112.400 hectáreas. Por su parte, las arvejas aumentaron la superficie en 8,5% mientras que los porotos secos y las lentejas la redujeron en 0,3% y 4,4%, respectivamente.
La producción de legumbres en la provincia está localizada en General Güemes, Salta Capital, Cerrillos, Metán, Rosario de la Frontera, La Candelaria, Anta, Orán y General José de San Martín. En esos departamentos, una parte de la producción salteña se destina a industrias que le añaden valor agregado comercializando el poroto en frascos, latas, en escabeche o en forma de pastas para preparar comidas y harinas.
Para entender este universo productivo Adrián Poletti, agrónomo especializado en legumbres, y miembro de la Cámara de Legumbres de la República Argentina, explicó: “Las producciones de las invernales se realizan en la provincia de Buenos Aires, es la principal productora de arveja, seguida por Santa Fe y luego Entre Ríos y Córdoba. En garbanzo hace tres años que Salta es la principal, seguida por Tucumán y Santiago del Estero. Y el volumen más grande en porotos está acá (Salta, donde se realizó esta entrevista), y hoy por hoy es el principal ingreso de divisas a la provincia”.
En este sentido, el especialista destacó que las legumbres -como aportante de moneda dura- están por encima del maíz y de la minería, que también aporta una significativa tajada del pastel dentro del mapa económico de Salta. “Estamos hablando de un cultivo que desde toda la zona norte de Córdoba, hasta la frontera con Bolivia, es el segundo después de la soja. Es más grande que el cultivo de maíz, acá es un cultivo principal”, enfatizó.
En este contexto, Poletti analiza la cuestión agronómica, en la que cree que hay que “volver a los manuales de la siembra directa”, a la vez que reclama por la tecnología en genética, que entiende está atrasada por la falta de cobro de regalías a las empresas semilleras, que no pueden invertir en tecnología.
Mirá la entrevista completa con Adrián Poletti:
Sin embargo, junto al orgullo por la expansión que han tenido la producción de legumbres dentro del territorio salteño, en el agrónomo también crece la preocupación por las condiciones del suelo, más allá de que agronómicamente sean las idóneas para lograr un mejor producto.
“Yo creo que la provincia, el ambiente productivo y el conocimiento del productor salteño está a la altura de las circunstancias para siempre barajar y dar de nuevo y volver a cambiar el paradigma productivo. Probablemente metiendo gramíneas en la rotación. No solo maíz o sorgo, sino algunas pasturas, pero tenemos que lograr que los suelos vuelvan a ser los suelos de Salta”, precisó el agrónomo.
Para lograrlo sugirió: “Lo que hay que hacer es buscar los viejos manuales de Aapresid de la década del 80 o principios de los 90 y hacer siembra directa y no sembrar directamente, que son dos cosas completamente diferentes. O sea, tenemos que volver al manual de la siembra directa y trazar una estrategia de rotación, de agregado de suelo, de reincorporación de minerales. Cortar con la minería extractiva a partir de la agricultura y volver a reponer los niveles de fósforo y aportarle nitrógeno al suelo. Tenemos que volver a recomponer microbiológicamente el suelo para que vuelvan todos los procesos de mineralización de nutrientes”, explicó Poletti.
Respecto a la propiedad intelectual de las semillas y la inversión de la industria para desarrollar nuevos eventos, Poletti resalta: “Acá hay algo clave y es el tema de la genética. Si no tenemos una ley que respete la propiedad intelectual de la producción de semillas no podemos avanzar. Entonces, primero y principal, la genética. Hay países que ya están en función del destino de uso de esa mercadería. Hay algunas variedades con mejor comportamiento a lata. Hay mejores variedades para comportamiento de venta en seco. Hay variedades de mayor velocidad de cocción, de menor velocidad de cocción o con otras características del caldo de cocción”.
Empero, el agrónomo especialista continuó diciendo: “Si nosotros queremos, por ejemplo, abrir el mercado chino, tenemos que hacer lo que hacen los australianos. Si queremos avanzar en arveja o en garbanzo, tenemos que hacer lo que hacen los canadienses ¿Qué hacen los dos en común? Convenios público privado de complementación, investigación y respeto de la propiedad intelectual de la semilla. Y después tenemos que ir a lo que llamamos sustentabilidad. Pero sin responsabilidad no hay sustentabilidad. Hay sustentabilidad respetando la genética para tener producción y poder levantar los precios productivos, pero también cambiando completamente el manejo agronómico”, indicó.
La Agricultura siempre será indispensable para Producir Alimentos, sanos, frescos, libres de pesticidas si Trabajamos con Responsabilidad a sabiendas que nuestros Consumidores son seres Humanos.