Luego de que ayer se conociera la decisión administrativa firmada por el Ministro de Economía, Sergio Massa, y el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, de inyectar 1.200 millones de pesos a la cooperativa láctea SanCor a través del Instituto Nacional de Economía Social (INAES), comenzaron las especulaciones y los tironeos en torno al destino que se la va a dar a esa millonaria cifra.
En la desventurada historia de esta firma que supo integrar el podio de las empresas lácteas del mercado argentino, esta erogación presupuestara puede ser vista como una victoria de las negociaciones que se han desarrollado por años entre quienes conducen la cooperativa y el gobierno, pero también como el posible estallido de una crisis que se viene macerando desde hace ya algún tiempo.
La palabra clave de esta historia y la que quizás mayores confusiones generó es la de fideicomiso.
En primer lugar hay que decir que estos 1.200 millones de pesos, equivalente a 6.6 millones de dólares a precio oficial, fueron colocados dentro de un fideicomiso preexistente que SanCor mantiene desde hace muchos años con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). Esto supone que ese dinero será manejado en forma directa por la cooperativa, con el fin de recuperar capital de trabajo, comprar leche, pagarle a los productores, etc. Significa también que la empresa tendrá eventualmente que rendir cuentas sobre el destino de estos fondos y los resultados que generaron, en un marco de una acuciante sequía y baja producción de leche generalizada.
“SanCor necesitaba una ayuda del Estado para afrontar el fin de año, porque es el período donde la producción láctea baja y la empresa iba a tener dificultades para afrontar compromisos y responsabilidades con los productores y los trabajadores. El presidente Alberto Fernández tomó la decisión de que era una política de estado no dejar caer a SanCor, por lo que implica en nuestra historia económica y productiva, y el ministro Sergio Massa en poco tiempo logró implementar este salvataje”, dijo Fernando “Chino” Navarro, secretario de Relaciones con la Sociedad Civil y Desarrollo Comunitario de la Jefatura de Gabinete, en una charla con Bichos de Campo.
Según el funcionario, los 1.200 millones se distribuirían “en un pago y luego se canalizarán entre los productores, los trabajadores y las obligaciones de SanCor”. Por supuesto que estos fondos solo servirían para poner la rueda en marcha y no para solucionar la deuda total de la láctea.
En paralelo a este fideicomiso ya activo, está aquel del que todos supieron hablar fervientemente entre 2021 y 2022, y que en los papeles nunca llegó a concretarse. Se trata de FIDULAC S.A, una figura ideada para apoyar el relanzamiento de la empresa lechera que iba a estar integrado por la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) y por importantes empresarios del sector privado y con fuertes lazos con el gobierno.
Ellos eran José Urtubey, de Celulosa Argentina; Marcelo Figueiras, del Laboratorio Richmond; Gustavo Scaglione, del medio La Capital de Rosario (perteneciente al grupo Vila-Manzano); el abogado Leandro Salvatierra y el consultor lácteo Jorge Estévez, el único relacionado al sector.
Esta iniciativa, que por momentos fue presentada como una total certeza, suponía la aprobación de un financiamiento extraordinario del Banco Nación por nada menos que 60 millones de dólares. Es decir que, a dinero de ese momento, la población en su conjunto aportaría unos 6.500 millones de pesos para que esos empresarios probaran suerte administrando una empresa de la producción primaria nacional. Este dato se vuelve muy relevante si se tiene en cuenta que las personas mencionadas en ningún momento llegaron a invertir de su propio bolsillo.
La chance de crear este fideicomiso, proyecto que fue aprobado en una asamblea se SanCor, significó además una movida clave para Atilra y la figura de Héctor “Etín” Ponce, quién proyectó arreglar muchas cosas en la cooperativa con esos dólares que nunca llegaron. Ponce tiene su cuartel central en Sunchales, donde también está la casa matriz de SanCor y una de las pocas plantas que quedan en su poder.
El gremialista prometió resolver la situación de muchos empleados que desde 2017 quedaron colgados en negociaciones para salir la cooperativa, y actualizar salarios y otras cuestiones administrativas. Eso responde a que en una primera instancia Atilra parecía que iba a manejar parte de esos fondos, decisión que luego volvió a foja cero y que dejó a muchas de esas promesas en el aire.
A pesar de las distintas jornadas de protesta y paros que se realizaron durante el año pasado, como forma de presionar desde el sindicato al gobierno para que “cumpla su promesa”, las negociaciones se diluyeron. Tal es así que en octubre del año pasado el propio Navarro dijo a Bichos de Campo que este fideicomiso, que proyectaron junto al gremio para socorrer a esa empresa, fracasó porque “los empresarios se fueron y no pusieron nada la plata”.
Sin embargo, consultado ahora por este medio sobre los pasos a seguir luego de esta erogación de 1.200 millones de pesos al fideicomiso de SanCor y el BICE, Navarro confirmó que “esta figura ha retomando el funcionamiento con empresarios comprometidos, conjuntamente con el gremio y la cooperativa y están trabajando con las autoridades de Economía para buscar un mecanismo de funcionamiento”.
“A nosotros nos parece que es un camino que hay que explorar: inversiones privadas para rescatar a un complejo productivo como lo es SanCor. Eso obviamente no se hace de un día para el otro. Se está desarrollando hace tiempo. Tomó nuevamente velocidad y desde el año pasado se está trabajando permanentemente en busca de una solución donde el mundo privado va a participar con inversores y el estado apoyará”, sostuvo.
-¿Esos inversores privados de los que habla son los que en su momento iban a formar parte del fideicomiso?
-En principio sí. Se puede ampliar o no pero es una decisión que escapa a nosotros. Eso lo monitorea más el Ministerio de Economía y el área productiva de dicha cartera. Sería esos cuatro nombres de los que se hablaron aunque igualmente hay que encauzarlo definitivamente y enlazarlo con el rol del estado. El sindicato tiene un rol importante, la cooperativa también y por supuesto el INAES acompañará al mundo cooperativo en función de la tarea que tiene INAES como ente descentralizado que representa al gobierno en las políticas de cooperativas y mutuales.
Esta declaración llama por demás la atención teniendo en cuenta que desde el gremio no se manifestó ninguna continuidad en las negociaciones y ya mostraron, por el contrario, preocupación en la erogación que el gobierno sí realizó para el otro fideicomiso.
Así, consultadas por Bichos de Campo, altas fuentes de Atilra indicaron que “si ese dinero no va para los trabajadores y las deudas con la obra social, se va a parar toda la actividad”. Esto denota un latente malestar dentro del gremio lácteo.
-¿Qué relación mantienen con Atilra tras la erogación de los 1.200 millones de pesos?– le preguntamos a Navarro.
-Atilra ha trabajado mucho buscando una solución de fondo y nosotros compartimos sus esfuerzos. Lo que buscaba Atilra no tiene que ver con esto. Esta es una medida de emergencia para que SanCor pueda sobrevivir este periodo de baja. Nosotros tenemos una excelente relación y un gran respeto por el trabajo que hacen. El gremio representa los intereses de los trabajadores y eso es algo muy importante. También tienen la inteligencia de entender que requieren que SanCor y todas las empresas lácteas funcionen porque eso beneficia a los trabajadores.
-¿Cree que esta erogación senta un precedente respecto a la ayuda que se puede prestar a otras cooperativas del país?
-Esto lo hacemos permanentemente. El INAES ayuda cotidianamente a cientos y cientos de cooperativas y mutuales. Este caso tiene trascendencia porque se trata de SanCor y es una cifra importante, pero no es una situación excepcional. Lo excepcional es la cifra.
-¿Qué cree que evitará que SanCor vuelva a tener que demandar más dinero del estado nacional en un futuro?
-Eso depende de la eficiencia de la gestión de SanCor; de que piensen mecanismos y consoliden todo lo que están haciendo; que se corrijan las cuestiones por corregir en un mundo económico y productivo que cambia minuto a minuto; que trabajen mancomunadamente con los productores y sobre todo con el gremio; y que los inversores argentinos que estén dispuestos a formar parte del fideicomiso piense ideas innovadores y positivas. El estado va a apoyar, lo ha demostrado. El estado está para apoyar toda iniciativa productiva que consolide el trabajo, que mejore el trabajo, la producción, etc.
Tras estas declaraciones embebidas en corrección política, resta ver qué destino tendrán verdaderamente estos fondos dentro de la cooperativa láctea, de qué forma se implementarán, qué resultados generarán y que efecto tendrán en las relaciones para con el gremio. Y de confirmarse la continuidad del fideicomiso de los privados también queda pendiente de análisis la forma en que se financiará y los impactos que el mismo tendrá.
Sociedades Anónimas con disfraz de Cooperativas para robarle plata al Estado, a nosotros.