Frente al problema de contaminación de agua con arsénico detectada en varias comunidades de la provincia de Buenos Aires, en el año 2006 investigadores del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la UNLP (Universidad de La Plata) y del CONICET emprendieron el desafío de diseñar un dispositivo con el fin de extraer este compuesto del agua potable. Debía ser de bajo costo y fácil operación.
Comenzaron con estudios de laboratorio para pasar luego a pruebas piloto en algunas localidades obteniendo, inicialmente, 700 litros de agua por día (L/día) apta para consumo. La novedad ahora es que próximamente instalarán una planta de tratamiento de agua en la localidad de Pipinas. El objetivo es llegar a los 20.000 L/día. Luego se replicará el modelo en otras ciudades afectadas.
El sistema desarrollado consiste en una planta modular para la remoción de arsénico del agua de consumo basada en la técnica de hierro cero-valente (ZVI). Esta técnica involucra compuestos de hierro en diferentes estados de oxidación generados durante el tratamiento y se destaca por presentar una relación eficiencia/costo muy favorable.
La ingeneira Eliana Berardozzi, integrante del proyecto, detalló que “el diseño de la planta fue pensado utilizando materiales de bajo costo y fácilmente disponibles en el mercado. El prototipo consta principalmente de columnas y cañerías de PVC, tanques domiciliarios de agua y filtros comerciales de arena. También incluye un sistema de control de pH muy sencillo”.
La planta de tratamiento se encuentra en la localidad de Verónica donde se realizan trabajos de optimización para su posterior instalación en la cooperativa de la localidad de Pipinas, perteneciente a la Federación de Cooperativas de Agua Potable y Saneamiento de la Provincia de Buenos Aires (FEDECAP). Su construcción fue financiada con un subsidio de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación y fondos de la cooperativa Eléctrica de Pipinas.
Los investigadores y técnicos de la UNLP-CONICET están trabajando en el ajuste del diseño de las etapas de filtrado de la planta. “El sistema está pensado para el tratamiento de 20.000 L/día, pero debido a algunas limitaciones observadas en las etapas de filtración, estamos trabajando para obtener, en primer lugar, 10.000 L/día. Sin embargo, si fuera necesario el caudal se podría duplicar replicando sólo las etapas finales del proceso”, explicó la ingeniera.
Según estimó Berardozzi, teniendo en cuenta una dotación de 5 litros por habitante por día y una familia compuesta de cuatro personas, con la planta de 10.000 L/día se podrá abastecer aproximadamente a 500 hogares de agua segura para bebida y cocción de alimentos.
De acuerdo a los resultados que se obtengan durante los ensayos planificados para la primera mitad de este año en la Cooperativa de agua potable de Verónica, se espera poder trasladar la planta y comenzar las pruebas definitivas en la localidad de Pipinas en el segundo semestre de este año. La idea a futuro, además, es poder adecuar la planta para poder remover también otros contaminantes.
Los prototipos diseñados por los científicos de la UNLP fueron previamente probados, con resultados satisfactorios, en las ciudades bonaerenses de Castelli y Verónica.
El ingeniero hidráulico Luis Ojer, gerente de la Cooperativa de agua potable y otros servicios públicos de Verónica, que participa del proyecto, advirtió que “el problema del arsénico en la provincia de Buenos Aires es una preocupación para las cooperativas, que es un sector de pequeños operadores de servicio de agua potable, que en general no tienen acceso a la tecnología disponible para poder remediar la calidad de las aguas”.
Para Ojer, “replicar la planta sería una solución para muchas pequeñas localidades, parajes y caseríos donde, en algunos casos, el servicio de agua potable es operado por cooperativas de otros servicios como el telefónico o de electricidad”.
La planta de tratamiento de agua opera de manera continua y se basa en la capacidad de los productos de corrosión, compuestos principalmente por especies insolubles de óxido de hierro Fe (III), de co-precipitar y/o adsorber una fracción mayoritaria del arsénico presente en el agua. En primer lugar, el agua atraviesa 4 columnas (conectadas en paralelo) rellenas con ZVI en los que este material reactivo es oxidado por el oxígeno disuelto presente naturalmente en el agua, generando así diferentes productos de corrosión.
El arsénico es uno de los elementos que por su elevada toxicidad ejerce una significativa limitación sobre la potabilidad del agua. La mayor parte del As incorporado a los acuíferos utilizados para abastecimiento en Argentina tiene origen natural y provino de la disolución de minerales vinculados a erupciones volcánicas y actividad hidrotermal.
La llanura Chaco-Pampeana es una región reconocida a nivel mundial por su elevado contenido de arsénico en agua subterránea, ya que el área involucrada abarca 10 millones de kilómetros cuadrados del país y afecta a 4 millones de habitantes. En la provincia de Buenos Aires el 87 % del territorio se ve afectado, donde se han identificado zonas con altos niveles de As, principalmente en la zona sur y noroeste.
La ingesta prolongada de agua con tenores elevados de arsénico causa daños al organismo, dando lugar a una enfermedad conocida como hidroarsenicismo crónico regional endémico (HACRE). Produce cáncer de riñón, hígado, pulmón entre otros, además de otros efectos. Se acumula en huesos, músculos y piel. Se fija en pelos y uñas produciendo hipo/hiper pigmentación, queratosis y cáncer de piel.
Interesante y triste el artículo. Interesante porque están haciendo algo. Triste, porque el arsénico esta presente en un gran % de la superficie del país, afectando a millones de habitantes. Y mas triste todavía porque se hacen esfuerzos aislados, en lugar de trabajar todos los implicados y compartir experiencias y conocimientos. De hecho, voluntarios privados (gente que formó el club “Land Rover 4×4”) ya aplicó este método hace muuuuchooos años en el impenetrable, haciendo unidades monofamiliares, con elementos recuperados (caños, bidones, etc.) utilizado como reactor “virulana”, obteniendo buenos resultados. Porqué virulana? Porque cumplía el objetivo y era muy económica. Seguramente ahora, muchos años después, habrá mejores elementos. Sería interesante conocer los costos insumidos.