Si se hubiera quedado en Argentina, ahora estaría sembrando maíz, tal vez soja, y con mediodías de 30 grados. Sin embargo, hace dos meses está en el corazón del cinturón maicero norteamericano, en Garner, norte de Iowa, donde ahora registran mínimas que perforan los cero grados. “Winter is comming” (o “se viene el invierno”, alusión sólo para fanáticos de la serie “Juego de tronos), pero a ella se la escucha contenta de haber terminado una nueva cosecha en el país del norte. Los próximos días se vuelve para Argentina, habrá seguro asado familiar navideño y festejos por el fin de año, pan dulce, y reencuentro con familia y amigos. Además de una valija llena de nuevas experiencias y conocimiento, Sol Carrettoni, esta joven sub 30 de Alberti, Buenos Aires, criada “a campo”, se trae bajo el brazo buenos ahorros.
Sol estudió agronomía en La Plata, le gusta viajar por el mundo y conocer cómo se produce en otros lugares, especialmente en Estados Unidos. Hoy está con sus hermanos y su padre en Carrettoni campos S.A. y Carrettoni Camiones.

Además, como otros jóvenes de campo, hace unos años empezó a contar en redes sociales lo que hace, cómo se trabaja en el ámbito rural, las buenas y las malas, y hoy tiene 142.000 seguidores en Instagram y 50.000 en tiktok.
En esta nota cuenta su segunda experiencia trabajando en un campo familiar del corn belt, en el que producen maíz, algo de soja y nada en invierno, porque todo queda bajo nieve. Pero en época de cosecha necesitan personal extra y lo buscan por el mundo. “Si, es cierto, contratan temporarios que ganan por hora, como vine yo, para hacer trabajos que ellos no quieren hacer, porque, por otro lado, si piden la visa de trabajo de un agrónomo para trabajar como agrónomo, tienen que justificar por qué le van a dar ese trabajo a un extranjero y a no a un agrónomo de Iowa, o yankee”, relata Sol.

-¿Te acordás cómo te llegó la oportunidad de irte por primera vez afuera? ¿Qué sensaciones te quedaron de entonces?
-La primera vez surgió porque después de una frustración. Había intentado conseguir una beca en la Universidad de Illinois, y no me la dieron por mi nivel de inglés. Por eso digo, para cualquiera que desee hacer una experiencia acá, que estudien, aprendan inglés. Hagas lo que hagas, es importante. De esa frustración me habían quedado las ganas de venir a conocer el campo acá. Asique mandé mails a todos lados, y caí en este campo familiar. Acá ya había trabajado un argentino. Es un agricultor distinto a los farmers de acá, porque su esposa es brasileña. La primera vez fue así, la fui buscando sola. Me vine y conseguí esta empresa y me hice muy amiga de una chica que trabajaba acá. En mi caso, lo que yo hacía en redes sociales me ayudó bastante porque vieron lo que hacía. Incluso estando acá pude hacer contenidos.
-¿Qué perfiles buscan?
-Buscan, como decimos en el campo, que venga a palear, a manejar un tractor y hacer los trabajos que ellos no quieren hacer. Dentro de esa necesidad, se inclinan por personas que sepan inglés. Si quisieran traer a agrónomos para trabajar como tal tendrían que explicar por qué no toman a un agrónomo de Iowa.

-¿Qué te ofrecen? ¿Cómo es el trato?
-En general, te ofrecen casa, una comida al día, que es abundante, bien proteica. Te ofrecen un vehículo para que vayas al campo. Seguro médico. Y te pagan el pasaje y la visa. El salario promedio básico bajo, es de 18,65 dólares la hora. Y en temporada normal laburás 8 horas pero en cosecha podés llegar a estar hasta 13-14 horas.
-¿Qué hacen en el campo en donde estás trabajando?
-Es una empresa familiar, trabajan campo propio y alquilado. Hacen maíz y soja, y en invierno nada porque nieva. Tienen maquinaria propia. Me llama la atención porque en algunas cosas parece que están en el 1800, tienen la cultura que teníamos antes en el campo. Me refiero a trabajar todo el día en el campo, vivir de eso y punto. Es el campo y nada nada más. Como era mi viejo. Los de mi generación, mis hermanos, yo, nos hacemos el tiempo para ir a un médico o disfrutar tiempo libre. Ellos no.
-¿Qué te llamó más la atención del parque de maquinarias?
-Repuestos. Se rompe algo y no pierden el tiempo intentando arreglarlo con alambre como hacemos allá. Y algo que me dijo mi jefe, “no tenés que trabajar para las máquinas, las máquinas trabajan para vos”. Cuando perdés el tiempo arreglando algo no va más. En Argentina trabamos de reducir costos ellos no. Son distintas cabezas.
-¿Qué te llamó la atención de la dinámica de cosecha? Similitudes y diferencias entre campo argentino y yankee?
-El gasto de combustible. En Argentina en la logística se trata de no gastar tanto combustible. Acá la camioneta va y viene todo el tiempo. Eso si, las maquinarias se dejan en el campo. Es distinta la logística, siempre hay una camioneta de apoyo y no te quedás durmiendo en el campo. Las comidas se comen en la maquinaria. No se hacen campamento. Lo único que se hace de comer juntos, al menos en este campo, son los sábados de pizza de cosecha. Comemos entre las máquinas. Otra cosa: no hay tanto silobolsa, aunque vi algunas este año, todo va todo al tren o al silo propio. Y en estos pueblitos hay mucha actividad industrial, plantas de bioetanol, producción de cerdo, de pavo.
-Terminaron la cosecha hace unos días. ¿Cómo estuvo la campaña?
-Esta campaña tuvo una niña débil al principio del año que hizo que haya poca nieve, y preocupó a los productores, porque esa nieve es agua para los campos cuando se derrite. Pero después, cuando arrancó la primavera, llovió bien. Aunque eso obligó a que necesitaran más aplicaciones de fungicidas, incluso aeroaplicaciones, que son más caras. En rindes, el maíz en el campo donde yo trabajé rindió unos 126 quintales por hectárea. Algo bajo respecto de la media Iowa esta campaña que estuvo entre 130 y 140 quintales por hectárea. Hay que recordar que para esta campaña se calculó un rendimiento de equilibrio para el maíz de 138 quintales por hectárea y 45 para soja. En este campo la soja rondó los 45 quintales con algún lote promedio de 57 quintales.
-Llevaste maíz que habías cosechado al que, dicen, es el silo más grande del mundo. Contame de eso.
-Si, está en Mason City, Iowa. Tiene la capacidad de un buque. Tiene una capacidad de 55.000 toneladas, un diámetro de 50 metros y se necesitarían alrededor de 2500 camiones para llenarlo. Es de Golden Grain Energy, una empresa que hace bioetanol, y eso le dura 30 días. Cuando lo ves, es tremendo. (N de la R: en internet dice que en interior podría almacenar un avión Boeing 767).
-¿Para qué sentís que te sirve esta experiencia? ¿Qué creés que aprendiste? ¿Qué te traés para tu próxima campaña en Argentina?
-Es ver con otros ojos la actividad que uno está haciendo. Volvés con la cabeza muy cambiada. Igual son cabezas distintas y situaciones productivas diferentes. En maquinaria creo estamos un poco atrasados, pero no por el productor sino porque no se puede acceder, nos falta acomodar la parte crediticia. El productor argentino es muy avanzado. Mirá, acá hacen maíz a 76 centímetros, por logística, para que pueda entrar la máquina a matar malezas. ¿Por qué lo hacen así? Les pregunté. “Porque si”, me dijeron. Saben que podrían hacerlo más estrecho y que cierre el surco y entonces tendrían menos malezas. Pero no lo hacen, por historia, legado, logística. En Argentina el productor va probando más me parece. Otra cosa: ellos tienen seguro de cosecha, tanto para rinde como para precio. Entonces nunca pierden.
-Qué le recomendarías a alguien que está pensando en irse un tiempo afuera para después volver. ¿Qué cosas no le tienen que faltar?
-Primero que aprenda bien el idioma, eso le va a abrir la puerta, incluso cuando mande los mails para aplicar o cuando haga la videollamada. Y digo el inglés aprendido en la academia, pero también leyendo cosas, mirando youtubers o series. Yo lo aprendí así. Porque después tienen un acento que no se entiende fácil. Al principio, yo mandé muchísimos mails y me respondió poca gente. Pero tenés gente como esta que se comunican a través de Instagram o Facebook. Y hay una base de datos del gobierno de Estados Unidos que te marca los estados que están buscando extranjeros. Hay estados que aceptan menos y otros menos. Te dice cuándo te van a pagar y qué trabajo se requiere (https://seasonaljobs.dol.gov) Y después Indeed, que es una plataforma de ofertas de trabajo. Ojo, siempre hay que chequear el contrato, la letra chica.
-¿Qué comidas extrañas de Argentina?
-La comida casera, si bien acá hacen, es bien distinta. Acá sale más barato comer salmón que carne vacuna.
-¿Qué extrañás de Argentina?
-El estilo de vida. Acá, si bien ahora tengo más relación con la gente que el año pasado, no se juntan a comer, y esas cosas como hacemos allá.
-¿De lo que has conocido, ¿Qué lugar recomendarías para un argentino que quiera ir para allá de turista? ¿Me refiero quizás a lugares no comunes?
-Como turista, de campo, recomiendo que agarren un auto y recorran las rutas en esta zona. Eso a mí me llena, me encanta. Parar a comer en algún pueblito es lindo. Turístico no hay mucho, salvo alguna cascada o río. Y en septiembre-agosto se hacen todas las ferias.
-Sos joven, no pasaron tantos años, pero ¿qué le diría la Sol de hoy, si tuviera un ratito con la Sol de 18-19 años?
-¡Estudiá inglés! (se ríe) Que haga lo que le guste, lo que ella sienta, que escuche a su familia y no tanto lo que dicen otros. En el pueblo te reprimís cosas por lo que dicen. Y cuando te vas a fuera ponés en perspectivas todo. Uno tiene que vivir la experiencia. También hubiese venido menos tiempo a Estados Unidos. Porque me di cuenta que el que emigra no la pasa bien del todo. Porque acá sos migrante. Sos de afuera. Esa es la otra cara de esta experiencia.






