Se realizó esta semana en La Carlota la primera Jornada de Bio Capacitación y lo interesante fue que la firma Aceitera General Deheza (AGD) mostró frente a un centenar de agrónomos y productores que es posible hacer una agricultura que cambie sus recetas para ser más amigable con el ambiente, siendo a la vez igualmente productiva.
“Los problemas de rindes estancados, de malezas resistentes y de compactación de suelos, tiene solución con más agronomía y más actividad biológica”, fue el mensaje transmitido por este firma agrícola, que mostró el trabajo realizado sobre 40 mil hectáreas propias en La Carlota, Córdoba.
La actividad se realizó en el Establecimiento El Manantial y fue organizada por La Asociación de Ingenieros agrónomos del Sudeste de Córdoba y Agribio.

Más de un centenar de asistentes llegaron de todo el país para ver si se cumplían las promesas agronómicas que se formulaban antes de la jornada: ¿Cómo hizo AGD para erradicar el barbecho químico? ¿Cómo manejan las malezas sin herbicidas? ¿Cómo solucionaron el problema de compactación y degradación de suelos? ¿Usan biológicos? ¿Los números cómo dan con esta estrategia?
Los técnicos de AGD no defraudaron. “Yo he viajado varias veces al exterior en busca de capacitación productiva, pero nunca imaginé que aquí en Argentina, a 200 kilómetros de mi campo, estaba una de las experiencias que más me ha impactado en términos de manejo de cultivos”, evaluó el productor Gustavo Grossi del sur de Santa Fe, que participó de la jornada.
Demian Monti y Julio Priotti, responsables de producción de AGD sobre casi 40.000 hectáreas distribuidas en el centro y sudeste de Córdoba, explicaron el origen de este proceso de transformación: “Entendimos la necesidad de hacer más complejo el sistema productivo. Comprendimos qué es la biodiversidad y los conceptos de agroecología y agricultura regenerativa a partir de entender que debíamos buscar nuevas respuestas agrícolas a la producción”.

“El ambiente no se puede comprar, sólo mantener y tratar de disminuir el impacto de nuestra actividad, por eso promovemos ambientes donde la biodiversidad sea productiva y desarrollando una agricultura más integral, asociada y disminuyendo la cantidad de agroquímicos que veníamos utilizando”, explicaron.
Bichos de Campo ya había visitado ese establecimiento de La Carlota cuando incorporó, por ejemplo, los corredores de biodiversidad: Esto confirma que el proceso lleva ya varios años de continuidad y que solo así se pueden ver los resultados.
¿Cómo trabaja Aceitera General Deheza sus 40 mil hectáreas agrícolas propias?
“Todo arrancó hace unos años con una lluvia de 200 milímetros que inundó buena parte de este establecimiento. Veníamos haciendo un tipo de agricultura tradicional. A partir de ahí pensamos en buscar respuestas para que el agua ingrese al suelo y no estanque, la clave productiva que decidimos es cambiar de un sistema de producción con productos por un sistema de producción de procesos, utilizamos productos pero sólo los que necesitamos según ese proceso”, argumentaron los agrónomos de AGD.
“El rendimiento de un cultivo es el resultado de la interacción entre su potencial genético y las condiciones ambientales en las que se desarrolla”, recordó Priotti. Y remarcó que “el ambiente incluye factores bióticos (plagas enfermedades) y abióticos (agua, temperatura viento, nutrientes, etc.) y ese estrés abiótico causa pérdidas de hasta el 65% del potencial de producción mientras que el estrés biótico causa pérdidas cercanas al 11% de ese mismo potencial de producción”.
“Esto da como resultado que sólo el 24% del potencial genético se expresa en condiciones de campo. ¿Qué hacemos entonces con ese estrés abiótico?”, preguntó a los asistentes. La decisión productiva que modificó el sistema fue la de manejar cultivos de coberturas multiespecies. En la recorrida por los lotes se presentaron suelos donde se sembró en forma conjunta más de 10 especies diferentes entre ellas: vicia, coriandro, nabo, lino, centeno y triticale, entre otras.
“Utilizamos ese colchón de cultivos de cobertura para controlar malezas. El colchón que generamos es tan espeso que ninguna maleza puede crecer ahí, incluso por falta de luz. Además, buscamos especies que generen alelopatía entre malezas como lo es el centeno. Actualmente sembramos maní sobre centeno y luego de 4 años de usar esta estrategia vemos que no hay más malezas perjudiciales y mucho menos resistentes”, explicaron.

Y añadieron: “En la ecuación bajamos mucho los costos en herbicidas, coadyuvantes, aplicaciones y todo lo que implica una estrategia de producto, y elegimos verdaderos controladores de malezas naturales y mejoradores del sistema de infiltración”.
“El otro gran beneficiado de esta estrategia es el suelo, ya que este manejo nos permite tener un suelo con excelente porosidad, que capta la lluvia y no está impermeabilizado y que además tiene una gran actividad microbiológica que posibilita una nutrición biológica natural única”, explicó Monti.
Además, en AGD promovieron la rotación de cultivos nuevos, cultivos de cobertura, invernales como la camelina y estivales como el girasol, en campos donde habitualmente siembran trigo, maní, soja y maíz. Bajaron el 30% la utilización de agroquímicos en todos los sistemas y sumaron biológicos al suelo en la siembra, foliares y como curasemillas con gran eficacia.
En cultivos como trigo y maní ya utilizan 100% tratamientos de semillas con bioinsumos por sobre los químicos, aun cuando la semilla tenga carga fúngica.
En este proceso, “logramos convertir la lluvia en riego, en precipitaciones efectivas, midiendo su impacto y logramos elevar los pisos de los rendimientos como también la efectividad de los milímetros regados”.
“Además, planteamos corredores biológicos que conectan diferentes zonas del paisaje permitiendo el movimiento de fauna y flora. Son paisajes que integran la producción agrícola con conservación ambiental y servicios ecosistémicos”.
Por eso, la síntesis del mensaje que querían transmitir los agrónomos de AGD es que finalmente “es la biodiversidad la respuesta a los problemas de la agricultura y de la producción. Pero ojo la sustentabilidad arranca por las personas”, concluyeron.
 
			 
					



