La provincia de Santa Fe no tiene huevos. En este caso no hablamos de los problemas relacionados con el narcotráfico, ni de las quemas en el delta. Nos estamos refiriendo a la problemática que se está viviendo en toda la provincia y ya se está extendiendo a nivel nacional: la escasez del alimento. Faltan huevos.
Esta situación la explican los productores y la industria, y no tiene una causa, sino varias. La primera de ellas está ligada a los bajos precios que durante mucho tiempo recibió el sector (a veces, por imposición de la Secretaría de Comercio Interior), e hizo que muchos granjeros abandonen la actividad por considerarla inviable. También pasa que la demanda de huevos se mantiene firme e incluso crece a buenos niveles.
A esta relación de oferta y demanda ayudó el último incremento de los commodities agrícolas (especialmente el maíz) y por ende los costos de producción del huevo. El alimento se vende sobre todo en el mercado interno, en pesos. La mayoría de sus costos -como en casi todo el agro- se definen en dólares.
Como si fuese poco, el contrabando a países limítrofes que pagan más caro el producto, hace que la tormenta sea perfecta.
Bichos de Campo dialogó con Marcelo Perassi, productor e industrial avícola (gerente general de Compañía Avícola SA), quien cuenta: “En todo el 2021 no subieron los precios, y encima te agarra una guerra que sube fuertemente los precios de los commodities y no se puede trasladar al público porque la oferta estaba siendo superada por la demanda. El productor deja de producir. Eso está pasando ahora. Y por eso suben los precios. Esos precios seguramente se van a mantener un año”.
La cuestión de los precios que se mantienen por muchos meses, la explica Perassi señalando: “En los últimos 3 o 4 años tenemos un período de crisis, y luego de eso el precio recupera de golpe y en períodos cortos. No hay una cartelización o monopolio en el mercado. Si falta huevo, sube el precio. Si sobra huevo, baja o se estabiliza el precio”.
Lo que dice el industrial cobra sentido al contar las granjas o empresas avícolas que hay en el país, pues son más de mil, lo que desconcentra el mercado. Es por esto que la única forma de reacción que encuentran los precios está dada por el desequilibrio entre oferta y demanda, con el ingrediente de la suba de las commodities.
“Se está profundizando la escasez con la venta no oficial que hacen algunas provincias a países limítrofes” cuenta Perassi. Esto se conoce y entiende como contrabando. De esta forma el granjero, aun incluyendo el flete que sale más caro, gana una suma mucho más importante que si lo vuelca al mercado interno.
Esta nota de Bichos de Campo de mayo del 2021, retrata la situación que los productores granjeros viven hace tiempo: