En la provincia de Córdoba funciona una fábrica de fertilizantes micro granulados de origen mineral, que en los últimos años brindan una buena alterativa para nutrir los suelos especialmente de la pampa gringa, y poder desarrollar cultivos con buenos rendimientos luego de la extracción de nutrientes que se dio años atrás.
Esta reposición de nutrientes para la agricultura encuentra en los fertilizantes minerales una interesante producción en nuestro país, especialmente en el centro norte de Córdoba, precisamente “a mitad de camino entre la cordillera y los productores agropecuarios”, según explica Ricardo Alonso, gerente general de Recuperar, una planta que elabora fertilizantes en Colonia Caroya.
Ricardo cuenta con una vasta trayectoria como petrolero, que asociado a Héctor Paredes, minero de larga data, comenzaron a pensar esta aventura en conjunto.
Parte de esto lo explica ante los micrófonos de Bichos de Campo, luego de que le abra las puertas para mostrar su emprendimiento a este equipo periodístico: “La visión nuestra por ser minero, era que la Cordillera de los Andes nos iba a abastecer de todos los minerales que dispone, como calcio, azufre, zinc, magnesio, y cobre que va a cubrir los déficits de la pampa húmeda por la agricultura extensiva”.
Entonces, ¿cómo es que los minerales de la cordillera se transforman en fertilizantes para cultivos como soja, maíz, trigo o pasturas? Alonso lo grafica recordando los orígenes: “El proyecto Recuperar se inicia en el año ´98 y allá por el año 2002 empezamos a moler en pie de cantera, en La Rioja, produciendo sulfato de calcio molido para el agro, llámese para corregir salinidad, agua, alcalinidad y reponer azufre y calcio. Y ya posteriormente, en el 2006, empezamos a fabricar la primera máquina de pelletizado por compactación”.
Esta explicación técnica del industrial sirve para describir el interior de la planta que Recuperar posee al costado de la ruta 9, la que separa a Colonia Caroya de Jesús María. Tras las puertas de la fábrica, se erigen dos platos inmensos, que explicados por el propio Alonso, “son los granuladores”, dice, tratando que los visitantes no adivinen la receta del fertilizante, que en ellos se realiza.
Mirá la primera parte de la entrevista con Ricardo Alonso, donde cuenta el origen del proyecto, los desafíos y donde estamos parados como país en la producción y uso de fertilizantes:
Es momento ahora que los socios de la fábrica nos llevan a recorrer las instalaciones completas de Recuperar, empezando por lo básico, por el material que llega y que se hace.
Héctor Paredes, gerente de la empresa y quien asume el rol de anfitrión y guía de la planta, nos dice: “Empezamos produciendo el aglutinante. En esta planta que acondicionamos agua más vegetales, digamos lignosulfonatos, lo acondicionamos en pH y lo bombeamos a través de redes a dos diferentes plantas. Previo a eso pasamos por una molienda. Tenemos dos tipos de molienda, una molienda que disminuye la piedra a un tamaño medio, que viene de La Rioja y Santiago del Estero. Esto ingresa solo o mezclado con otros minerales y se muele”.
Mirá la explicación que Héctor Paredes brinda a Bichos de Campo sobre este primer paso, el de la recepción del material y que se hace:
Es entonces el momento de conocer de que forma se transforma la piedra en fertilizantes, algo que para Paredes resulta muy sencillo: “Una vez que la piedra se transforma en polvo, alimentamos lo que es la tolva, desde donde traemos al granulador, que lo convierte en bolita húmeda. Ahí va todo al otro lado del predio donde tenemos hornos secadores, que lo acondiciona, va la zaranda que lo clasifica en tamaño: El fino vuelve al circuito y el del sobretamaño (que tiene 4 milímetros y medio) va a molienda de vuelta”.
Incluso Héctor se enoja cuando le decimos que el granulador es como una mezcladora, y nos corrige: “Es un disco granulador, que debe ser de los más grandes que hay en Argentina, que es de 5 metros de diámetro”.
Una vez que el producto está terminado, toma relevancia la cuestión logística de los fertilizantes, tanto para su producción como distribución: “Antiguamente cuando nos asociamos a CIAFA, la cámara de fertilizantes, hace 20 años atrás, todo el mundo concebía una planta de fertilizante portuario, para los commodity y decían ustedes los cordobeses tan loco, hacen una planta en Córdoba. Lo que no entendían que nosotros estábamos entre la Cordillera de los Andes y el productor agropecuario. Hoy te diría que estratégicamente somos la planta mejor ubicada en la Argentina, y a su vez la planta de granulación más cerca de Paraguay, de Uruguay”.
Mirá como explica la logística el director Ricardo Alonso:
Una vez que conocimos el proceso completo en que una piedra del tamaño de la cabeza de un caballo se transforma en un nano granulado, es decir, pelotitas del tamaño de un grano de trigo, nos queda pendiente abordar la cuestión de la sustentabilidad.
Tanto para Ricardo como para Héctor, es un tema muy importante. Al punto que instalaron un quemador industrial para abastecer de energía a los secadores, que se alimenta con restos de poda de la zona, y esa biomasa se transforma en energía para producir los granulados.