A pesar de que el contexto internacional es tremendamente favorable para los cereales, el gobierno argentino, gracias a las políticas intervencionistas, consiguió promover un proceso de “sojización”.
Así lo indicó un informe del Departamento de Agricultura de EE.UU (USDA) sobre las proyecciones preliminares de la campaña agrícola 2022/23 en la Argentina.
El USDA estima que en la próxima campaña la superficie de soja en la Argentina sería de 17,0 millones de hectáreas versus 16,3 millones en 2021/22, al tiempo que el área de maíz caería a 6,75 millones de hectáreas contra 6,80 millones en la campaña anterior.
Así, en tal escenario, la producción y la oferta exportable de maíz argentino se estancaría, mientras que –en condiciones climáticas normales– la cosecha de soja podría alcanzar, según el USDA, 51 millones de toneladas en 2022/23.
El USDA pronosticó “que los altos precios de los fertilizantes y las preocupaciones sobre las intervenciones del mercado en el maíz y el trigo empujarán a los productores, especialmente a los más pequeños, a sembrar más soja y girasol”.
“Por el contrario, es probable que muchos productores más grandes mantengan sus rotaciones existentes, tanto para diversificar su riesgo financiero como para reducir costos a medida que aumentan las erogaciones para realizar control de malezas”.
También prevé que “los productores de todos los cultivos reduzcan las tasas de aplicación de fertilizantes en respuesta a los altos precios, lo que podría reducir los rendimientos en un país donde el uso de fertilizantes ya no es óptimo”.
Si bien, con los precios esperados actuales, los márgenes brutos del maíz brindarían un margen bruto más alto que la soja de primera en algunas regiones agrícolas, los productores –dice el informe– “desconfían de invertir tanto dinero en un país sin un seguro de cosecha u otra red de seguridad gubernamental; los costos iniciales de la soja pueden ser la mitad que los del maíz”.
Si bien, de manera preliminar, el USDA estima que en 2022/23 el área argentina de maíz caería en unas 550.000 hectáreas respecto de 2021/22, el informe aclara que “el panorama no está claro, ya que algunos contactos locales estiman que el área podría caer hasta un 15%”.
La superficie de girasol en 2022/23, en tanto, se proyectó en 2,0 millones de hectáreas con una producción total estimada en 4,0 millones de toneladas en respuesta a los altos precios.