Hoy lunes una venta masiva de posiciones en contratos futuros de commodities agrícolas –que también afectó al oro, la plata y el gas natural– provocó bajas generalizadas de precios.
Pero, más allá de la relocalización de activos emprendida por gestores de grandes fondos de inversión corporativos –que se guían más por cuestiones financieras y cambiarias que por las particularidades presentes en cada mercado específico–, los operadores especulativos especializados en granos siguen más que optimistas con el maíz.
Los administradores de fondos agrícolas que negocian futuros y opciones en el CME Group volvieron a retomar “apuestas” alcistas en contratos de maíz ante la aparición de fundamentos favorables para sostener las cotizaciones internacionales del cereal.
Al martes pasado –según los últimos datos publicados hoy lunes por la Commodity Futures Trading Commission– los administradores de fondos de inversión agrícolas acumulaban una posición neta de 429.467 contratos de maíz del CME Group (futuros + opciones), el nivel más elevado desde mediados de mayo pasado. Las operaciones se difunden con algunos días de retraso para evitar que tal información impacte en las cotizaciones de granos.
Los fundamentos detrás de ese razonamiento son que Sudamérica no estará presente en el mercado hasta bien entrado el 2022 y que la demanda internacional presionará con una fuerza inusitada las reservas de maíz estadounidenses.
El fracaso de la cosecha de maíz tardío derrumbó las exportaciones brasileñas, al tiempo que el gobierno argentino mantiene una constante intervención de las exportaciones con miras a reforzar el “cepo” para reducir los precios internos del cereal.
Adicionalmente, Sudamérica enfrenta una fase ENSO Niña que suele promover restricciones hídricas para el maíz temprano en diferentes zonas de la región y una relación maíz/fertilizantes extremadamente desfavorable que podría provocar reducciones tanto de área como de rendimientos.
Otro factor alcista es el impulso que está registrando la producción de bioetanol maicero en EE.UU. en virtud de los altos precios que está teniendo el biocombustible, producto de la “crisis energética” global y la necesidad de emplear fuentes menos contaminantes de energía para cumplir con compromisos ambientales.
Las posiciones netas surgen de la diferencia entre las posiciones compradas (“long”, que fijan un precio techo y por ende apuestan a un mercado alcista) y las posiciones vendidas (“short”, que fijan un precio piso y por lo tanto apuestan a un mercado bajista).