Horacio Repetto, más conocido como Peco, es ingeniero agrónomo y asesor de diversas empresas agropecuarias. Fue miembro de la Comisión Directiva y director de Comunicaciones de Aapresid. Hoy es representante de esa entidad en la CAPPA (Comisión Asesora Provincial de Producciones Agroecológicas) del Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires y fue representante por la Región Mar y Sierras en la Comisión de Agricultura de CREA.
-Hoy se habla mucho de agroecología como una forma de recuperar la soberanía alimentaria y usar sólo bioinsumos. ¿Cuál es su opinión?
-La parte positiva es el cuestionamiento que siempre nos tenemos que hacer en cualquier profesión sobre nuestra actividad laboral. Desde ese lugar el mensaje fuerte que se generó nos hace replantearnos muchos temas, aunque no debemos olvidarnos de que esto es más grande y tiene que ver con cientos de actividades que empiezan a cuestionarse por la única razón de que somos más de 7.700 millones de habitantes en nuestro Planeta y de repente nos empieza a quedar algo pequeño nuestro hogar.
–¿Entonces?
-Creo que el concepto de soberanía alimentaria es solo un slogan sin contenido lógico en un mundo francamente globalizado. Y que el concepto de bio-agroindustria es algo en fuerte crecimiento y es ahí donde se insertan los bioinsumos que, por supuesto, son una gran evolución del conocimiento científico.
-Veinte años atrás no se cuestionaba el uso de agroquímicos y hoy cada vez más. ¿Cree que están demonizados?
-Tiene que ver con lo dicho antes. Todo será cuestionado y no me parece mal que así lo sea. Lo que nunca tenemos que hacer como sociedades del conocimiento es alejarnos de la ciencia.
-¿Cómo sería ese alejamiento?
-Es lo que ocurre en esta época de Internet donde hay múltiples “fuentes” y de donde sale el famoso: “Lo leí en Facebook”, como si eso garantizara una fuente confiable de conocimiento. Esto es lo que quiero remarcar: hoy hay grupos de terraplanistas, antivacunas, antibiotecnología y muchos etcéteras que son todos parte de lo mismo: del desconocimiento de la ciencia.
-¿Considera que las BPA (Buenas Prácticas Agrícolas) aseguran que los agroquímicos no dañan la salud de quien los aplica ni de quien consume estos alimentos?
-Así es.
-Entonces, ¿el temor a la relación agroquímicos-enfermedad también es un mito?
-Conozco muchas familias que viven en el campo y nunca vi afectar su salud por fitosanitarios. Es simple: de la misma forma que no debemos automedicarnos, debemos ser responsables en su uso cumpliendo con toda la normativa al respecto.
-Según su experiencia, ¿es posible producir grandes superficies de forma agroecológica?
Sí. Muchísimos colegas trabajan respetando los ejes de la producción sustentable y están haciendo agroecología.
-A veces parece que “la otra grieta” es agroecología y producción convencional. ¿Cuál es su opinión?
-La grieta está solamente en los que se sienten que están de uno u otro lado; es un tema mental, nada más.
-¿Usted dónde se ubica?
-Soy Facilitador en Transición Agroecológica del MDA de la Provincia de Buenos Aires, integro una Regional de Aapresid de la cual son socios regionales la Agencia del INTA Tandil y la Facultad de Agronomía de la UNICEN, y todos trabajamos en forma conjunta y tenemos relación con algunas chacras del MDA. Además soy miembro de un CREA y vocal de la Sociedad Rural de Azul ¿De qué grieta me hablan?
-Por último: hace años que se dice que el campo debe comunicar mejor lo que hace. ¿Le parece que se está logrando?
-Creo que también en este caso estamos hablando de un tema global: es un problema de la producción de alimentos y su relación con las comunidades. Pasa en el periurbano de nuestros pueblos, pero también en cualquier país productor de alimentos de Asia o África.
-¿Y qué se puede hacer para mejorar esa comunicación?
-Seguramente el storytelling es una excelente herramienta para comunicar de qué trata la producción de alimentos. Pero hay algo que es clave: entender que una Comunidad Agroalimentaria, como podría ser la que vivo, es justamente eso: un lugar donde todos producimos alimentos. El día que lo veamos se soluciona este tema.
-¿No será que la gente de la ciudad sí sabe (racionalmente) que el campo produce alimentos pero (emocionalmente) no le interesa? Como que esa información “no le llega”…
-Algo de eso ocurre, por tal motivo creo que hay que bajar barreras y abrir el diálogo hacia la sociedad. Pero para lograrlo hay que ponerse de acuerdo entre las instituciones ligadas al tema y actuar en equipo; de lo contrario es difícil avanzar y sostenerse en el tiempo. En este sentido se está trabajando muy bien en escuelas rurales y ya desde hace tiempo, brindando información de calidad tanto a alumnos como a docentes.
-Lo de las escuelas es fundamental pero pensaba en ir fuera del sector, hablarle al que no sabe nada de campo. ¿No sería ese el gran salto?
-Bueno, algo que nos pasa históricamente es que nos hablamos a nosotros mismos: debatimos las problemáticas entre nosotros, en programas del sector y con colegas… y no sale de ahí salvo que ocurra algo puntual y muy grave, que es cuando los medios nacionales le prestan atención al campo. Sin duda ese el desafío a sortear y el gran salto a dar pero hoy por hoy veo muy complicado que el sector tenga una presencia activa y sostenida en los medios masivos.