En estos momentos de crisis a los argentinos nos suele agarrar el bajón: creemos que no tenemos remedio. Pero en este país bendecido siempre le podemos encontrar la vuelta.
Un informe del INTA nos devuelve algo de optimismo al mostrarnos una enorme riqueza oculta que tenemos delante de nuestros ojos y podríamos aprovechar. El dato que nos ilusiona y que surge de ese trabajo es que además de las casi 6 millones de toneladas de carne o las 50 mil toneladas de lana, o los 12.000 millones de litros de leche, o los 13.000 millones de huevos, todos los stocks ganaderos de la Argentina producen 670 millones de toneladas anuales de… bosta o estiércol.
Somos ricos en caca de animales, parece.
“Argentina genera un promedio de 1.708.616 toneladas de estiércol por día en las producciones de carne bovina, avícola, porcina, tambera y de huevos”, detalló María Eugenia Beily (ver foto), investigadora del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola del INTA Castelar y parte del equipo de Fertimanure. ¿Qué es eso? Se trata de un proyecto internacional que apunta a la recuperación innovadora de nutrientes de fuentes secundarias para la producción de fertilizantes de alto valor agregado.
Ese es el secreto de nuestro éxito, los desechos orgánicos de nuestros planteles ganaderos son -de acuerdo a esta visión optimista- “el mayor flujo de biomasa residual rico en nutrientes generado por el sector pecuario con gran potencial para convertirse en fertilizantes de base biológica y bioestimulantes vegetales”. O dicho de otro modo: “La reutilización eficiente de los nutrientes de estos residuos es una oportunidad en un contexto global de demanda de mayor sostenibilidad productiva”.
Nos espera un mundo de oportunidades. De una producción de 1,7 millones de toneladas de estiércol (anualizado da una oferta total de 670 millones de toneladas anuales, o veinte veces la producción argetina de soja) lamentablemente no podremos aprovechar toda la caca disponible, porque mucha de ella queda en el campo. Hay que meter el ojo entonces en los establecimientos donde los animales están más confinados.
Del estudio realizado por el INTA para el proyecto Fertimanure surge que:
- En la Argentina, hay 131 mil establecimientos de producción bovina con 53,9 millones de animales, de los cuales entre el 20% y el 28% están confinados y concentrados principalmente en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. “Esta producción tiene un promedio de generación de estiércol de 1.617.000 toneladas por día”, especificó Beily. Y explicó que la composición nutricional promedio estimada por el INTA es de 13.500 miligramos de nitrógeno por kilo de estiércol, 4,18 miligramos de fósforo y 7,98 de potasio.
- A su vez, la producción tambera cuenta con 7069 establecimientos con 1,08 millones de animales, de los cuales el 15% están confinados. Estos animales están distribuidos en mayor proporción en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires. “Estos animales generan aproximadamente 12.096 metros cúbicos de efluentes por día con una composición de nitrógeno, fósforo y potasio muy rica”, explicó Beily quien detalló que presentan en promedio 1.200 miligramos de nitrógeno por kilo de efluente, 55 miligramos de fósforo y 368 de potasio.
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- Por su parte, la producción de carne porcina cuenta con 39.398 establecimientos con 3,6 millones de animales, de los cuales el 40% están confinados y concentrados, en su mayoría, en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y La Pampa. “La generación promedio se calculó en 43.200 toneladas por día con una composición nutricional de 2400 miligramos de nitrógeno por kilo de estiércol, 423 miligramos de fósforo y 1451 de potasio”, indicó la especialista del INTA.
- Además, la producción de carne avícola o pollos parrilleros cuenta con 1511 establecimientos con 490 millones de animales, todos ellos confinados y concentrados en Entre Ríos y Buenos Aires. “Esta producción genera 34.300 toneladas de estiércol por día, con una composición nutricional es de 29.600 miligramos de nitrógeno por kilo de estiércol, de 9.700 miligramos de fósforo y 12.500 de potasio.
- Pero además hay 494 establecimientos de producción de huevos en la Argentina con 20,2 millones de animales, todos confinados y distribuidos en Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. “Se generan aproximadamente 2.020 toneladas de estiércol por día con una composición nutricional promedio de 47.000 miligramos de nitrógeno por kilo de estiércol, de 13.500 miligramos de fósforo y 30.300 de potasio.
Del estudio del INTA surge que todas estas producciones animales generan estiércoles muy ricos en nutrientes, los cuales deberían ser reutilizados y recuperados como fertilizantes en la agricultura. De todos modos, “los estiércoles obtenidos de las producciones de carne porcina y avícola presentan los contenidos de nutrientes más elevados”. Este dato cobra mayor valor al confirmarse que pueden ser recuperados gran parte de su totalidad para obtener fertilizantes de base biológica para la agricultura.
“Los estiércoles producidos en la carne porcina y avícola tienen cifras más elevadas en nitrógeno, fósforo y potasio porque los sistemas digestivos de estos animales no son tan eficientes en la absorción de estos nutrientes”, explicó la investigadora.
Beily dijo que hay tecnologías que permiten la recuperación de nutrientes a partir de los estiércoles y subrayó sus beneficios. “Por un lado se reduce el impacto ambiental que generan estos residuos orgánicos cuando no tienen tratamiento y, por otro, se reutilizan estos recursos renovables valiosos, aportando al concepto de economía circular”.
El proyecto Fertimanure apunta a la recuperación innovadora de nutrientes de fuentes secundarias para la producción de fertilizantes de alto valor agregado a partir de estiércol animal. Cuenta con la participación de especialistas de 20 instituciones público-privadas de nueve países España, Bélgica, Alemania, Países Bajos, Italia, Croacia, Francia, Chile y Argentina.
El aporte del INTA allí es importante: “Hace 15 años que realizamos relevamientos y estudios con estiércoles de diversas producciones animales y, a partir de toda esa información, estimamos promedios del contenido de nutrientes -nitrógeno, fósforo y potasio- que tienen los efluentes líquidos o purines y el estiércol sólido”, detalló la especialista.
Financiado por la UE-27, el proyecto actualmente tiene en marcha cinco proyectos piloto en granjas en cinco países diferentes de la Unión Europea que apuntan a valorizar el estiércol de tres tipos diferentes de materias primas. Europa produce alrededor de 1.400 millones de toneladas de estiércol por año (el doble que la Argentina) y más del 90% del producido se devuelve como abono a los campos agrícolas. Sin embargo, este sistema de economía circular aún requiere incrementar su eficiencia.
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Lo más probable que ese estiércol quede en el campo sea benéfico para mantener nutrientes en nuestra tierra y ya se sabe que también es parte fundamental del ciclo biológico de otros insectos beneficiosos. “Extraerlo” para procesarlo y volver a comprarlo como producto comercial iría en detrimento de la tierra, la fauna y la economía de los productores. No parece una gran idea.