El agrónomo Esteban Anadón es el gerente de Agro Lajitas en Quimilí, primero simplemente como proveedores de insumos y luego como productores. Esteban llegó al lugar hace muchos años y se hace amigo hasta de las piedras, suele ofrecer un asado y un lugar para dormir a todos los que transitan por esa región y lo necesitan. Sin duda es otro protagonista de la fuerte expansión agrícola en esa región del este santiagueño.
-¿Qué es Agro Lajitas?
-Agro Lajitas SA es una empresa con 30 años en el mercado de comercialización de semillas, fertilizantes, insecticidas, fungicidas, coadyuvantes, inoculantes, curasemillas, herbicidas. Posee 10 sucursales en 4 provincias -2 en Tucumán, donde tiene su sede central, 5 en Salta, 3 en Santiago del Estero y 1 en San Luis- y cuenta con más de 70 empleados. Comenzó de la mano de Dow como proveedora de insumos y semillas, y continuó con otras empresas y laboratorios.
-¿Y actualmente?
-Ahora además siembra y exporta, no sólo maíz, sino poroto, garbanzo, porque se asocia en cada zona con distintos productores y en lo que producen, lo propio de su región. Hoy posee más de 24.000 hectáreas, desde Quimilí hasta Embarcación.
Mirá la entrevista:
-¿Cuándo llegaste a Quimilí?
-Yo llegué de la mano de Syngenta en el año 2005, porque nos encomendó esta zona y entonces se me encomendó el gerenciamiento de una nueva sucursal de Agro Lajitas. Desde esa época a hoy ha pasado mucha gente. A algunos les fue mal. A los que hicieron las cosas bien y han sabido crecer armónicamente les ha ido muy bien. Evidentemente la que ayudó a dar el primer paso hacia esta expansión fue la siembra directa. Es como si se hubiese hecho para Santiago del Estero, tanto que puede llegar a dar iguales o mayores rindes que en la zona núcleo de la pampa bonaerense. La genética de semillas fue el segundo paso que contribuyó muchísimo.
-En esta zona de secano, ¿se depende exclusivamente de las lluvias?
-Tenemos horizontes de suelo que acompañan, pero siempre la limitante termina siendo el agua, las lluvias. Dependemos mucho del clima, pero el avance del manejo, en cuanto a cuidar el agua al milímetro, y de la genética nos ha ayudado a estabilizar mucho los rendimientos de la zona.
-¿Y cuáles son los desafíos que le faltan a esta zona para desarrollarse definitivamente?
-Esta zona ha sido colonizada por productores venidos de Córdoba, de Tucumán, Santa Fe, de Buenos Aires y demás. Pero falta la mano del Estado que acompañe a los productores privados, para que se quieran quedar a vivir acá, con salud y educación para ellos y sus familias. Hace falta acompañar con infraestructura de caminos, conectividad. Se ve un crecimiento en galpones y máquinas, pero falta un desarrollo humano. Por eso muchos venimos a trabajar, pero tenemos a nuestra esposa e hijos, en Tucumán, en Buenos Aires, en Córdoba o en Santiago capital, pero no acá en Quimilí.
-Mientras tanto, vos te has convertido en un gran anfitrión de tus amigos y de todos los viajeros que pasan…
-Al estar solos, trabajando, se nos vuelve una necesidad, de encontrarnos y cultivar la amistad. Nuestra empresa nos da mucha libertad para trabajar y entonces se me ocurrió construir un quincho en esta sucursal para hacer asados y pasar un buen rato con los productores y profesionales que pasan todo el tiempo. Siempre hay alguna cama o un plato de comida y hasta una guitarra para quien la sepa tocar. Pero es inevitable que siempre terminemos intercambiando información de trabajo, del clima, de las novedades tecnológicas y de los nuevos productos. Una ingeniera amiga dice que esta oficina se ha vuelto como un centro cultural. Y sí, donde se cultiva el trabajo y la colaboración mutua, además de la amistad y un poco de folklore para alegrarnos las noches.
Saludos Esteban!! Gran persona q bueno tener noticias tuyas!!