Las calculadoras de los analistas agrícolas están acostumbradas a trabajar sin descanso, pero en el caso de Argentina deben sacar humo. Y es que en un contexto de decisiones intempestivas permanentes como la que se presenció hace unas horas, luego del anuncio del cierre de registros para la exportación de harina y aceite de soja, no hay diagnóstico que dure más de unas semanas.
Incluso a Lorena D’Angelo -contadora, máster en finanzas, asesora de empresarios y especialista en descifras las señales que arrojan los mercados- le fue imposible adelantar un escenario como este. Aunque, como la mayoría del sector, lo sospechaba.
Bichos de Campo le preguntó a la analista cómo se entendía que convivieran el furor de compras por parte de los productores en la Expoagro con el nivel de quejas que surgían desde ese mismo sector. Ella contestó: “El agro está bien porque hoy puede trabajar y tiene buenos precios. Pero podría estar mejor porque más allá de eso, sabemos que hay otros factores que están importando en la ecuación y lo que pasa con el tipo de cambio no es menor”.
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Con el diario del lunes se sabe que esos buenos precios -producto en parte de un contexto de sequía que provocó que muchos productores no vayan a tener la cosecha que inicialmente planificaron, sin contar el nuevo repunte que está provocando el conflicto bélico- no serán suficientes si luego se impone una restricción a la exportación de harina y aceite de soja, que aviva los miedos del sector ante una muy probable suba de retenciones. De allí el malhumor de los productores.
“Está generándose la preocupación de lo que puede pasar en la próxima campaña. Hay que planificar lo que se viene. El contexto en el que estamos genera mucha incertidumbre pensando en los insumos y en lo que pueda pasar política y económicamente en el país”, afirmó D’Angelo, dejando sobre la mesa la posibilidad de decisiones erráticas como la que acaba de acontecer.
-¿Qué se necesita para el agro esté bien?- nos animales a preguntarle a la especialista en esa oportunidad.
-Una macroeconomía más sana y principalmente reglas claras, que perduren en el tiempo. No necesitamos tantas intervenciones en el mercado, que eso es lo que hace daño, no sólo para no estar bien hoy sino para la planificación de la próxima campaña.