Mauricio Macri fue el primer presidente que visitó la Expoagro en 2016 y no dejó de hacerlo durante los cuatro años de su gestión. Hoy volvió allí en su carácter de dirigente opositor. Ya no hubo anuncios grandilocuentes que no siempre se cumplieron (como la decisión de rebajar retenciones a la soja, que en 2018 volvieron a subir) ni tampoco los infranqueables vallados que entonces montaban para alejarlo de la gente y que lo mantenían aislado y a salvo de las preguntas.
En la Expoagro 2016 todo era ilusión, el gobierno de Cambiemos recién se estaba acomodando. Por eso Macri pedía paciencia de los productores y los alentaba a producir. “Estamos acá para decirles que se puede, que empezó una época en que somos todos de un mismo equipo: sector público y sector privado, el gobierno y el campo, intentando llevar más soluciones, más producción, más empleo por todo el país”, afirmaba en su discurso.
Pese a que los vallados lo mantuvieron bastante alejado de los visitantes que recorría aquella exposición, había euforia entre la gente de campo. Incluso el flamante presidente se permitió cierta distensión en “La Matera” de la Uatre, que por entonces era conducida por el sindicalista Gerónimo Venegas.
En 2017 Macri también concurrió a la Expoagro.
“Hoy les digo que no aflojen, juntos podemos construir la Argentina que nos merecemos. Hemos comenzado un camino que no se detiene”, les dijo entonces a los productores, que ya se beneficiaban con la rebaja de retenciones (salvo para la soja, que tenía un cronograma de desgravación paulatina) y la eliminación de las trabas a la exportación.
Antes de ir a la muestra de San Nicolás, y como ejemplo del perfil pro agroexportador que había asumido su gobierno, Macri visitó el puerto de Timbúes, a 35 kilómetros de Rosario. Pese a todo, los vallados para que los visitantes y periodistas se acercaran a él seguían siendo kilométricos e infranqueables.
En la edición 2018, Macri ya estaba anoticiado de que para gobernar no alcanzaba con soplar y hacer botellas, pues la realidad a veces te coloca delante de situaciones complejas. Es decir, que con las medidas pro agro tomadas en diciembre de 2015 no alcanzaría.
En aquel mismo momento, una feroz sequía se estaba llevando puesta una tercera parte de la cosecha de granos, y eso obligaba al gobierno a pensar en políticas algo más activas. El ex Jefe de Estado anunció entonces que se pondría a trabajar la “Mesa de Riesgo Agropecuario” (que por supuesto luego se desmanteló) y una serie de medidas crediticias e impositivas para los productores afectados.
También en dicha Expoagro anunció la creación del SISA (Sistema de Información Simplificada Agropecuaria), pero de modo tan improvisado que fue imposible entender el anuncio hasta luego de varios días. Esa jornada lo presentó como una mera eliminación de ciertos registros (el de Granos, el de Tierras Rurales Explotadas, el Renspa de Senasa y el de Usuarios de Semillas) en un nuevo sistema informativo ante la AFIP. Por supuesto las vallas impidieron hacer las preguntas de rigor. Y los sabuesos del nuevo gobierno quedaron agradecido con el SISA, que les permite ejercer un control mucho más riguroso sobre los productores.
Ya para entonces el presidente había nombrado como ministro de Agricultura a su amigo Luis Miguel Etchevehere. También empezaba a utilizar la metáfora del carro que se quedaba en el barro y al que era necesario empujar. “Arrancamos con inundaciones, incendios, heladas, y ahora estamos recorriendo tal vez la sequía más dura en los últimos 40 años”, dijo Macri. Peor dirigiéndose a los productores remarcó que “no están solos” porque “realmente ahora trabajamos en equipo, que si todos tiramos de la lanza en la misma dirección el carro sale, y eso es lo que estamos haciendo”.
En la Expoagro 2019 ya todos los fantasmas habían regresado. La sequía había hecho estragos y -a pesar de ello- el gobierno había defraudado a los productores alterando el cronograma inicial de rebaja de las retenciones a la soja y además había creado una retención adicional, de 3 o 4 pesos por dólar. Pese a ello, el recibimiento a Macri en la Expoagro -siempre protegido por las vallas- seguía siendo cálido.
“Estamos juntos rascando la olla para volver a sembrar“, señaló el ex presidente en ese momento, al destacar que “el campo ha dado un testimonio de fortaleza este año ante la peor sequía en 50 años” (le agregó una década). Y casi pidiendo disculpas, añadió: “Este impuesto a los 4 pesos (por las retenciones) es un mal impuesto, es de emergencia. Queremos que nuestros alimentos lleguen al mundo entero. El campo puede generar mucho más”.
Macri ese día se acercó a las vallas unos minutos, para estrechar la mano de la gente que lo seguía bancando a pesar de todo. Se ve que ya comenzaba a necesitar de afecto.
Macri no concurrió a la Expoagro 2020, sucedida a pocos meses de su derrota electoral, cuatro meses después del cambio de gobierno, y a horas de que comenzara el aislamiento masivo de la población por la pandemia. En 2021, la muestra tampoco se realizó.
Este jueves, con la Expoagro repuesta y llena de público, Macri volvió a aparecer por el predio de San Nicolás. Ya no había vallas y el único que lo acompañaba del séquito original era Francisco “Pancho” Cabrera, su ex ministro de la Producción. La mayor parte del recorrido lo hizo a bordo de uno de esos carritos eléctricos que se utilizan en las canchas de golf, celosamente custodiado por los organizadores de la muestra, a los que les había pedido discreción y que mantuvieran lejos a los peridoistas.
Macri visitó los stand de varias firmas de maquinaria y tecnología. Y según dice la gacetilla oficial de la feria, “en el camino numerosos asistentes a la muestra mostraron su afinidad con el expresidente, pidiéndole selfies a las que accedió de buena gana, al tiempo que lo ovacionaban al grito de ‘¡Volvé Macri!, ‘Grande Mauri’, ‘Vamos Macri’, ‘Grande Presidente’, ‘Vamos a volver'”.
“Estoy feliz de estar en Expoagro y de compartir con nuestros chacareros el entusiasmo hacia el futuro que siempre tienen. Argentina, entre otras razones, tiene futuro gracias al campo. Vengo una vez más a darles mi apoyo y decirles que necesitamos que estén más firmes que nunca”, declaró el ex presidente cuando un avezado periodista agropecuario logró sacarle una de las pocas declaraciones que brindó.
Como ya no había vallas, al ex presidente no le quedó más remedio que contestar. Aunque si por él fuera no hubiera dicho nada. En rigor, le puso como condición a los organizadores que lo mantuvieran a salvo de las preguntas incómodas. Sin vallas, pero con ellas dentro de su cabeza.
De política agropecuaria, sequías o retenciones no habló casi nada en ese breve encuentro con la prensa. Solo atinó a ponerse del lado del campo, criticando a los que lo sucedieron en el gobierno porque “lamentablemente volvieron con más de lo mismo, queriendo ponerle una pata encima al campo en vez de ayudar al sector a que nos ayude para que todos salgamos adelante”.