Con el propósito de mejorar la gestión de riesgos agropecuarios y reducir los impactos ocasionados por eventos climáticos adversos, el Ministerio de Agricultura, a través de la Subsecretaría de Coordinación Política y en conjunto con el gobierno bonaerense, lanzó el programa de Gestión Integral de los Riesgos en el Sistema Agroindustrial (GIRSA). Se trata de una iniciativa que busca desarrollar un seguro para pequeños y medianos productores hortícolas y florícolas bajo cubierta.
“Los productores en general están cubiertos, por ejemplo, con seguros para granizo, pero identificamos sectores que no tenían en el mercado asegurador una póliza. Un horticultor que iba a una compañía de seguros para asegurar su invernáculo no tenía opción de cobertura. No había tampoco interés de las compañías en ofrecer eso”, dijo a Bichos de Campo Fabián Jaras, Director Nacional de Riesgo y Emergencias Agropecuarias.
“Cada vez que tienen una emergencia y se le vuelan los nailons, es una pérdida grande para los productores, que terminan pidiendo asistencia a los municipios, las provincias o, si el evento es muy grande, se trata a través del Ministerio de Agricultura como Emergencia Agropecuaria Nacional. Lo concreto es que la ayuda nuestra no llega a tiempo y los productores terminan bancándose con sus propios recursos la reconstrucción de los invernáculos”, agregó Jaras.
La prueba piloto -que tendrá una duración de tres años y será llevada adelante por la empresa Nación Seguros, elegida luego de una licitación realizada en la plataforma COMPRAR, ofrecerá un primer año de gracia a los productores gracias a fondos provistos por el Banco Mundial en el marco de un Programa de Gestión Integral de Riesgos.
Podrán participar horticultores y floricultores de los partidos de La Plata, Berazategui, Florencio Varela y General Pueyrredón que cultiven bajo cubierta menos de una hectárea de superficie. El seguro durara por 12 meses desde el inicio de la cobertura, fijada en un valor aproximado de 3500 dólares por hectárea, y tendrá en cuenta la afectación de plásticos superiores en invernaderos, además de los cultivos en su interior.
Los riesgos cubiertos serán granizo, viento, incendios y heladas (que afecten a los nailons de los techos). No estarán comprendidas las inundaciones, plagas, sequías o daños por manejo inadecuado.
“Lo llamamos piloto porque lo estamos poniendo a prueba. El productor (hortícola y florícola) desconfía de las compañías aseguradoras y las compañías de seguros no conocen al sector, entonces prefieren cubrir otro tipo de producciones con otras unidades económicas”, señaló Jaras.
Quienes deseen anotarse deberán contar con un documento de identificación nacional, una posición que identifique al productor como el poseedor de la nave o invernáculo (no es necesario un título de propiedad) y un CBU para realizar la transferencia.
“El piloto es voluntario y gratuito el primer año. El productor que se sume al piloto no tiene que pagar nada. El objetivo a media plazo sería que después de estos tres años de ensayo, se consolide un producto en el mercado que cualquier productor hortícola pueda ir y tomar”, aseguró el funcionario.