Diego Silva es el responsable de la sede de Añatuya, en Santiago del Estero, de la Fundación Nuevos Surcos. Se muestra contento por haber podido otorgar más de 500 microcréditos a campesinos de esa región.
-El nombre de Nuevos Surcos hace referencia a la actividad rural. ¿Es así? ¿La fundación nació para trabajar en el medio rural?
-Así es. Es una institución nacida en el 2003, en Reconquista, Santa Fe -donde está su sede central- para brindar ayuda a los campesinos de la agricultura familiar –que antes se los llamaba minifundistas-, pequeños productores rurales y periurbanos, del norte argentino, con especial atención a las comunidades aborígenes, Qom, Pilagá y Wichí.
-¿Y dónde tiene presencia?
-Hoy cuenta con oficinas en cuatro provincias: en Reconquista y en Tacuarendí, al norte de Santa Fe; en Saladas y Goya, en Corrientes; en Las Lomitas, Formosa; y en Santiago del Estero, abarcamos desde Añatuya a un radio de 150 kilómetros, hasta las localidades de Los Juríes, Colonia Dora e Icaño.
-Ustedes prestan dinero pero no son un banco convencional. ¿Cuál es la diferencia?
-Otorgamos microcréditos en el marco de una economía social y solidaria, además de asistencia técnica y capacitación, orientando a los campesinos hacia la autogestión y sustentabilidad de sus emprendimientos. Buscamos fomentar la cultura del trabajo para promover el arraigo. Nos autodenominamos una ‘banca ética’ porque nuestro objetivo no es sólo económico, que no sólo reproduzca el capital, sino involucran valores más profundos que sustenten a una comunidad en el tiempo.
-¿Entonces se dedican a financiar a quienes no pueden acceder al sistema bancario?
-Sí, son emprendedores que están en negro, que no tienen garantía ni carpeta bancaria y necesitan hacer una pequeña inversión.
Mirá la entrevista a Diego Silva:
-¿Cómo accede un campesino a estos microcréditos?
-Primero les explicamos nuestro sistema y la operatoria. Les informamos que el monto mínimo es de 15.000 pesos y el máximo de 200.000 pesos. No les damos más de 12 meses de plazo para devolverlo, en cuotas fijas y sin interés. Pero les avisamos que les cobraremos un pequeño recargo que llamamos Tasa de Recupero de Gastos, porque somos una ONG sin fines de lucro pero necesitamos mantener los gastos de la institución. Por ejemplo, alquilamos esta modesta oficina, a medias con otra institución –INCUPO-, para achicar gastos.
-¿Y sirve el sistema?
-Uno de nuestros objetivos es generar más fuentes de empleo. Estimamos que por cada emprendimiento que apoyamos, se generan entre 1 y 3 empleos más. Porque si el emprendedor crece, necesitará ayuda.
-¿Podés darnos algún ejemplo reciente?
-Dos de los últimos créditos que otorgamos fueron a Mario, para construir un galponcito para el acopio de los fardos de alfalfa; y a Tomás, para comprar un rastrillo lateral, también para la alfalfa. Por ejemplo, Mario, va a poder guardar su ‘alfa’ hasta el invierno, en que aumenta el precio porque escasea. Además promovemos a artesanos en cuero, de cuchillos, calzados para el campo, a productores de huevos, etcétera.
-¿Cuántos microcréditos llevan otorgados?
-En los 10 años que llevamos trabajando en esta zona hemos ayudado a más de 200 emprendedores, a quienes les hemos otorgado más de 500 microcréditos, con un monto total de 8 millones de pesos. Y en la totalidad de la historia de Fundación en las 4 provincias donde ha trabajado, otorgó 6000 microcréditos, a más de 4000 familias, sobre un total de 100 millones de pesos.
-¿Y a esas personas no les han pedido garantía ni les han hipotecado nada?
-Claro que no, pero sí les pedimos que presenten un aval de confianza. Porque contamos con un fondo rotativo para ayudar a otros emprendedores. Y además los acompañamos, los capacitamos, les brindamos manuales pedagógicos y didácticos para que se amiguen con su administración, busquen alternativas que sean prácticas y se adapten a los tiempos de cada uno. Les decimos que es muy importante tener un control adecuado de su emprendimiento, porque les permitirá planificar a futuro, tomar decisiones y poder avanzar a pasos firmes, conociendo los movimientos económicos de su actividad. Y que empiecen a adoptar una actitud de empresarios.
-¿Recuperan el dinero prestado?
-Tenemos 0% de incobrabilidad y 4% de morosidad, 0% en gastos judiciales y abogados. Vemos progresar a productores, no sólo en lo económico sino en su formación y emponderamiento personal y comunitario.
-¿Por qué te parece que los productores responden positivamente?
-Porque no sólo les damos apoyo financiero y nos desentendemos, sino que les hacemos un seguimiento y los asistimos en todo el camino para que puedan progresar y cumplir, de modo que luego puedan volver a pedir otro crédito. Los comprometemos y nos comprometemos socialmente, todos juntos, para poder seguir prestando y ayudando a otros, en el crecimiento y el afianzamiento como empresarios, y en la generación de nuevas fuentes de trabajo. No somos una ventanilla de crédito. Creemos en la economía social y solidaria, en que se puede salir de la crisis con un modelo de país en el que todos nos comprometamos comunitariamente.
Datos ütiles: Web de la Fundación Nuevos Surcos