Como ya anticiparon los pronósticos días atrás, durante esta semana y parte de la que viene una gran proporción del país se encontrará sumergida bajo temperaturas extremas, que en varios casos superarán la barrera de los 40 grados centígrados. Esto representa una alerta significativa para los productores ganaderos que podrían ver a sus animales afectados. ¿Cuáles son las principales recomendaciones para afrontar esta ola de calor de la mejor manera posible?
“Lo primero que tenemos que tener en cuenta es la disponibilidad de agua, tanto en cantidad como en calidad. El es el principal nutriente de todas las dietas, ya sean pastoriles o de feedlot. El animal a mayor temperatura va a intentar tomar más agua”, explicó a Bichos de Campo Darío Colombatto, profesor en la cátedra de Bovinos de Carne en la Facultad de Agronomía de UBA (Fauba), investigador del Conicet y asesor de empresas del sector.
“Si el agua tiene menor temperatura, el animal va a precisar menos para lograr el mismo nivel de refrescada. Esto en términos prácticos se traduce en que vos tenés que tener bebederos chiquitos pero de rápido rellenado y de mucha circulación. En los bebederos largos el agua termina estando más caliente”, agregó el especialista.
También es importante asegurarse de que los bebederos estén limpios para evitar cualquier componente que pueda reducir el consumo de los animales.
Por otro lado, en los momentos de sequía o de alta demanda es importante controlar los pozos para asegurarse que soporten y tomar precauciones en caso de que se hayan salinizado. Si el agua es salobre el animal requerirá más agua.
Otro punto clave es la sombra. “En los sistemas extensivos es aconsejable darle acceso a sombra natural, un montecito por ejemplo. Se puede dejar abierta la tranquera para que la busquen cuando lo requieran. En los sistemas de feedlot que tienen silos de autocosumo, está la posibilidad de abrirles un acceso a un monte y que los animales puedan ir y volver al sistema de autoconsumo”, indicó Colombatto.
El especialista hizo referencia a que los animales funcionan como una batería. Durante el día acumulan calor que disipan de a poco, y es recién en la noche, cuando baja la temperatura, que el animal puede librarse de todo el calor acumulado. Sin embargo, en días en donde el termómetro no desciende de noche, los animales acumulan carga por lo que es importante brindar lugares donde puedan resguardarse del sol.
Respecto a la dieta, durante las olas de calor los animales tienden a cambiar su patrón de consumo y evitan la ingesta durante las horas más calurosas. Si bien eso ocurre de manera instintiva, el especialista sugirió forzar ese cambio y comenzar a entregar alimento una hora antes en la mañana, y retrasar la entrega una hora en la tarde.
“El concepto es espaciar las comidas y no dar todo mitad y mitad. Hay que dar 35% a la mañana y 65% a la tarde. En vacas lecheras se puede enfriar la dieta para darle más grano que forraje. En feedlot tengo que poner un poco mas de fibra para evitar la acidosis. En el caso de las dietas de terminación, es conveniente bajar un cambio e ir a una dieta intermedia”, afirmó Colombatto.
Otra recomendación importante tiene que ver con el transporte. “El consejo más sencillo es no cargar hacienda una semana. Aunque el animal viaje de noche hay que controlar la temperatura y la humedad que habrá por donde vaya a viajar”, dijo Leopoldo Estol, consultor en bienestar animal, a Bichos de Campo.
“Si la humedad relativa durante el viaje supera al 40% y la temperatura ambiente está entre 34 y 36 grados, entramos en una zona roja de riesgo donde tenemos más de un 80% de posibilidades de que el animal entre en emergencia pos estrés calórico. i durante el viaje hacen 30 grados con un 80% de humedad también hay riesgo. Lo ideal es viajar con 30 grados y cero humedad relativa”, agregó Estol.
En este sentido, Colombatto destacó también la importancia de suspender actividades de destete o de vacunación, que requieran mover hacienda. “No hay que mover hacienda en toda la semana”, remarcó.
-¿Qué podemos esperar de esta semana?- le preguntamos a Darío Colombatto
-Hay veranos peores que otros pero vamos viendo que los eventos de calor extremo son cada vez más frecuentes. La segunda quincena de febrero de 2017 fue tremenda, porque tuvimos 15 días de mínimas que no bajaban de los 25 grados y el animal no podía anticipar el calor. Esta ola de calor pinta ser bastante excepcional por la zona de calor que va a tomar.