Los tan temidos pronósticos de una “doble Niña” finalmente se están haciendo realidad en buena parte de las regiones productivas sudamericanas.
Las principales zonas afectadas por las restricciones hídricas hasta el momento en Brasil son Rio Grande do Sul, Santa Catarina y el centro-oeste de Paraná, estados que dependen de las producciones tempranas de maíz y soja para abastecer a la gigantesca industria porcina y aviar presente en el sur del país.
Vale recordar que la cosecha de maíz tardío brasileña –que compone el grueso de la producción nacional– ya había fracasado el año pasado por falta de lluvias, lo que llevó al país a tener que importar cereal argentino para recomponer reservas.
De todas maneras, la principal zona agrícola brasileña, localizada en el Cerrado, se encuentra atravesando una situación climática que, si bien no es holgada, carece –por el momento– de sobresaltos. El próximo 11 de enero se conocerá la nueva estimación oficial de cosecha gruesa realizada por la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab).
La principal región agrícola paraguaya también está experimentando severas restricciones hídricas y la oferta inicialmente estimada de soja y maíz 2021/22 seguramente tendrá que ser ajustada a la baja.
La situación presente en la Argentina no es más favorable porque las lluvias ocurridas en las últimas jornadas no lograron revertir la condición de déficit hídrico presente en varias regiones, una de las cuales –la zona núcleo pampeana– es la zona más productiva del país.
La mala noticia es que hasta mediados del presente mes de enero no se prevén precipitaciones significativas en buena parte de las zonas pampeanas actualmente afectadas por restricciones hídricas importantes.
En agosto pasado Bichos de Campo había advertido que en aquellas oportunidades en las cuales Argentina atravesó dos ciclos Niña seguidos los rendimientos de soja y maíz se derrumbaron.
Foto @santospatri