La estafa de la que fue víctima Mauricio Urig, un comerciante de la localidad bonaerense de Luján, quien entregó 190 cajas navideñas con quesos y fiambres a una empresa que poco después se declaró en quiebra, se transformó en uno de los temas candentes en Twitter.
El titular de “Picadas Viking” reveló, a través de su cuenta de Twitter, que entregó el pedido y recibió a cambio un cheque electrónico por un valor de 1,9 millones de pesos librado por la firma Uros S.A., el cual no tenía fondos. Horas después, Uros S.A. se declaró en quiebra.
Urig decidió hacer público el hecho y se armó un gran revuelo en el cual la indignación generada por el suceso derivó en todo tipo de comentarios de apoyo hacia el comerciante, así como en una catarata de cuestionamientos hacia su persona y su emprendimiento.
Pero el caso vale para recordar que, antes de realizar una operación con una empresa desconocida, siempre es conveniente llevar a cabo una mínima averiguación comercial para evitar precisamente incursionar en situaciones desagradables.
Uros S.A., empresa constituida en 2017, está registrada en el Registro Único de la Cadena Agroindustrial (RUCA) en las categorías “consignatario y/o comisionista de hacienda” y “exportador de ganados y carnes”.
Sin embargo, en los registros de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario figura como matarife abastecedor con una faena de 36.136 cabezas bovinas en 2020. Pero en enero de 2021 faenó apenas 477 cabezas y luego otras 252 en febrero para dejar de operar a partir de marzo de este año.
Según registros de las guías emitidas por la provincia de Buenos Aires, la firma solía faenar en la Cooperativa Subpga de los Trabajadores Ltda, un frigorífico ubicado en la localidad bonaerense de Berazategui.
La sociedad está integrada por Carlos José Mario Luaces y Raúl Heraldo Franco. El domicilio declarado por Franco, ubicado en La Reja, partido de Moreno, no aparenta ser el de un empresario del sector cárnico.
Carlos José Mario Luaces además integra dos sociedades agropecuarias, creadas en 2019, junto con otro socio, Néstor Avelino Rodríguez, las cuales son Agro El Cencerro SRL y Estancia La Linda SRL.
La consulta de registros públicos, además, por supuesto, del pedido de referencias en el sector, debería ser una cuestión de primer orden en cualquier empresa, más allá del tamaño y actividad de la misma.