Hoy lunes se terminó de completar el cupo tácito de exportación de maíz correspondiente al ciclo comercial 2020/21 con la declaración de más de 690.000 toneladas de embarques del cereal por parte de Cofco, LDC, CHS, ACA, Bunge y Cargill, entre otras compañías.
A la fecha los exportadores registraron declaraciones de ventas externas de maíz 2020/21 por 38,56 millones de toneladas, con lo cual ya no queda remanente del cupo asignado por el gobierno argentino.
Dicho cupo es “tácito” porque, si bien no está formalizado, opera en los hechos a partir de un sistema de “autorregulación privado” con vigilancia estatal denominado “mesa del maíz”.
Como el ciclo comercial 2020/21 finaliza el próximo 28 de febrero, a partir de ahora las nuevas autorizaciones de Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) de maíz dependerán de si los funcionarios del gobierno nacional deciden ampliar (o no) el cupo tácito, tal como hicieron, por ejemplo, semanas atrás en el caso del trigo.
El último informe mensual de estimaciones agrícolas del Ministerio de Agricultura proyectó una oferta exportable de 38,5 millones de toneladas, lo que implica que –hasta nuevo aviso– ese es por el momento el cupo tácito de exportación asignado.
En lo que respecta a las compras, al 22 de septiembre pasado, según los últimos datos oficiales disponibles, los exportadores tenían comprados 38,0 millones de toneladas, de las cuales 30,5 millones tenían precio hecho, mientras que las restantes correspondían a operaciones con “precio a fijar”.
Una vez completado el cupo tácito de exportación del cereal, los exportadores deben retirarse del mercado para que la oferta disponible quede en manos de los consumos, tales como avícolas, porcinos, feedlots y balanceados, entre otros.
Esa metodología es la empleada por el gobierno con el propósito de “enfriar” los valores internos del cereal al quitar a un actor importante de la demanda del mercado, aunque, claro, la evolución de los precios también depende del ritmo y la voluntad de venta por parte de los productores.