Las fábricas nacionales de maquinaria agrícola y otros implementos para el sector atraviesan una buena etapa y esto siempre se nota en la demanda de empleo calificado: en las 200 empresas que existen en Córdoba, las ventas crecieron 30% este año y eso obligó a incrementar 20% la dotación de mano de obra.
Pero Luciana Mengo, la presidenta de la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Afamac) y titular de la empresa familiar Silos Mengo, ubicada en Río Tercero, aclara que a pesar de este repunte de la actividad el sector está muy lejos todavía de lograr algunos objetivos críticos.
¿Qué objetivos? En principio, contar con mayor cantidad de mano de obra calificada. “No es un problema porque tiene solución. Pero la coyuntura está en que quizás los jóvenes no reúnen todas las herramientas para desempeñar ciertos oficios, y es ahí donde las empresas muchas veces reemplazamos al estado en la formación de la gente”, contó a Bichos de Campo.
Entre los oficios requeridos, Mengo comentó que “se piden desde los tradicionales, como tornería y soldadura, hasta manejar máquinas a control numérico, Inteligencia Artificial y lecturas satelitales”.
La directiva empresaria contó que habría que establecer un plan de trabajo para potenciar el sector, que necesariamente necesita del acompañamiento de los distintos estamentos del Estado. “Las pymes estamos conformadas mayormente por empresas familiares y se nos va la diaria en solucionar problemas cotidianos. No tenemos ese tiempo de desarrollar cuestiones que tienen más que ver con el futuro”, explicó.
La coyuntura económica no ayuda, por cierto. “Creo que con un escenario más claro y tranquilo podríamos pensar en el más adelante”, remarcó Mengo, que ahora gasta las horas -como el resto de los fabricantes- ocupada en cómo pagar los salarios o bien en “cómo conseguir un insumo necesario para terminar una pieza en lugar de estar pensando cómo desarrollar esa pieza de otra forma con mayor tecnología”.
Mirá la entrevista completa a Luciana Mengo:
-¿Se puede ser competitivo en el interior del interior?
-Se puede ser competitivo. Hoy la conectividad y la tecnología nos acerca a muchos lugares y segmentos que antes era algo impensado, y además los procesos son cada vez más cortos desde la venta, lo que te hace competitivo porque te da la posibilidad de vender mayor volumen y mientras tanto vas ampliando tu línea de producción corriendo tus portones para generar mayor equipamiento y así dar respuesta a esa demanda- respondió.
Un anhelo para Mengo es el de poder incrementar el porcentaje de componentes nacionales de la maquinaria agrícola si fuera posible.
“Hacer la sustitución de insumos importados es una de las cuentas pendientes que tenemos todas las fábricas. Estamos tratando de no depender, pero por escala y por números hay insumos que quizás nunca podamos producir y sí necesitemos de la colaboración de fábricas que estén localizadas en otros países e importarlas. Por ejemplo, neumáticos, motores o bulones”.
-¿Bulones?
-¡Mirá vos! Algo tan básico como la bulonería hoy en Argentina tiene muy poco abastecimiento y dependemos del país más cercano, que es Brasil. Es decir, aquello que une todas las piezas que vendemos es en lo que no tenemos escala de producción a nivel nacional- resaltó.
En 2022, la firma Silos Mengo cumplirá 50 años de vida al frente de un negocio que desde siempre se abocó a la llamada Ingeniería en postcosecha que es, en palabras de Luciana Mengo, “todo lo que pasa desde que levantaste el cereal y decidiste venderlo”.
El padre de Luciana comenzó vendiendo otras marcas hasta que decidió animarse y emprender con su propia fábrica. “Para nosotros Silos Mengo representa una marca, un posicionamiento en el segmento de almacenaje, una unión familiar que por el momento existe, puestos de trabajo para Río Tercero y fundamentalmente representa confianza porque tenemos continuidad”.
“Entre nosotros tenemos un dicho y es que contamos con el mismo número de teléfono desde que inició mi papá hasta ahora”, afirmó Luciana, orgullosa de que las fábricas de maquinaria estén insertas en pequeñas localidades.
La presidenta de Afamac, que reúne a unos 80 socios, resaltó que el rasgo distintivo es que muchas de esas fábricas se ubican en localidades de menos de 50 mil habitantes. “Los motores económicos de los pueblos son las industrias y las fábricas. En este caso todas ellas están ubicadas en el interior de la provincia, surgieron, se quedaron y se desarrollaron en los pueblos”, declaró Mengo.
No obstante, insistió que los fabricantes necesitan un horizonte más claro para seguir operando. “Todo depende de que tengamos un escenario más previsible en lo económico y en lo político industrial, donde haya una conciencia de que la industria es realmente importante, y que no sea sólo un eslogan para quienes toman las decisiones políticas y así acompañen nuestros procesos”, reclamó.