El valle de Traslasierra en Córdoba tiene no sólo bellos paisajes, sino historias productivas muy ricas que valen la pena ser conocidas, como la de Analía y Adrián Sánchez, hermanos mendocinos de origen, quienes decidieron irse a vivir a la provincia serrana hace 40 años, llevando con ellos la cultura de la uva de mesa tipo Red Globe, una producción tradicional de Mendoza, pero no tan explorada en la zona que eligieron: San José en el departamento San Javier.
Hace unos 20 años plantaron los primeros parrales en la zona y fundaron su empresa Sánchez Amezcua SA. “Esta finca es nuestro pequeño paraíso. Vinimos porque, al estar un poco más al norte, lográbamos que la producción de fruta se diera un poco antes, entonces encontramos un nicho de mercado allí, ya que la fruta valía un poco más cuando todavía no salía uva de San Juan y Mendoza”, dijo Analía Sánchez en diálogo con Bichos de Campo.
Su hermano Adrián es ingeniero agrónomo y juntos siguen dando forma a su proyecto productivo en Córdoba. Su gusto por la actividad fue heredada por su padre, Juan y su madre Ana. En efecto, Juan Sánchez fue el precursor de la empresa. Este año cumple 80 años y según Analia, su padre trabajó toda su vida en esto de producir frutas.
Mirá la entrevista completa a Analía Sánchez:
Durante muchos años los hermanos Sánchez hicieron duraznos y ciruelas y luego pasaron a hacer uva de mesa para evaluar cuál era la variedad que más se adaptaría a la zona. “Somos los únicos en hacer uva de mesa en este lugar, ya que lo que sí había era quienes producían uva para vinificar”, apuntó.
Primero hicieron una uva blanca de mesa, que no resultó bien; entonces tuvieron que reconvertirla hasta que pasaron a producir la Red Globe. “Es la uva del postre, con un grano grande y rosado”, comentó Sánchez.
Primero probaron una hectárea experimental con la variedad Red Globe y como vieron que les fue bien, decidieron dejar su principal producción, que eran los duraznos, para sumar más hectáreas para las uvas hasta llegar a tener unas 14, que hoy dan aproximadamente unos 20.000 kilos por hectárea. E los últimos tiempos incluso están experimentando con uva para vinificar.
Ese nivel de producción de uva de mesa les permitió abastecer tanto el mercado interno- llegan a Córdoba, Rosario en Santa Fe y Buenos Aires- como a la exportación, cuyo cliente habitual era hasta hace poco Brasil, pero por una traba de ese país no pudieron hacerlo más; entonces salieron a buscar otros mercados y así llegaron al sudeste asiático.
“Nuestro cliente natural siempre fue Brasil, pero por una traba que nos pusieron en hacer un procedimiento (bromurado) que no podíamos hacerle a la uva en Córdoba, decidimos buscar otros mercados y ahí descubrimos a Malasia, Indonesia y Hong Kong, así como también descubrimos un buen mercado interno”, resumió.